­Las donaciones de buen samaritano, que contemplan la donación de un órgano de forma altruista -riñón en el caso de España- van en aumento. Los expertos desconocen los motivos de estas personas que, de manera desinteresada, deciden dar el paso para extirparse un órgano y dárselo a un extraño. Pero la realidad es que estos casos no sólo no son testimoniales, sino que van en aumento. En los últimos años la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) ha recibido un total de 270 ofertas de personas que querían dar uno de sus riñones a un enfermo renal.

Pese a que este tipo de donaciones pueda resultar sorprendente, desde hace unos años se llevan a cabo en nuestro país. Eso sí, estos donantes altruistas pasan por unos filtros sanitarios y psicológicos más exhaustivos si cabe que otros donantes, pues el motivo de donar no es otro que el gesto en sí mismo de hacerlo, ya que no conocen en ningún caso al receptor.

El 67% de los ofrecimientos fue desestimado por el equipo de la ONT que, con sus criterios clínicos, descartó la donación. Algunos respondían a simples criterios médicos, como padecer una enfermedad que pudiera agravarse con la donación o, incluso, trasladar una dolencia al receptor. Otros, sin embargo, tenían que ver con exámenes relacionados con la salud mental del donante.

El director de la ONT, Rafael Matesanz, admite que estas donaciones tienen una vida corta en España, pues sólo se hacen desde 2010, cuando la institución decidió dar el visto bueno a estos gestos altruistas. «Los aprobamos después de comprobar que lo hacían los países anglosajones y EEUU. ¿Por qué no nosotros?», se pregunta el responsable de la organización, que ha reunido entre el lunes y el martes a cerca de 80 expertos para debatir sobre los trasplantes de órganos en Zaragoza en la XII reunión nacional de Coordinadores de Trasplantes y Profesionales de la Información.

Estos posibles donantes, una vez reciben toda la información relativa a la extirpación, disponen de un mes para sopesar su decisión. Además de pasar los filtros estipulados por la ONT, pasar los exámenes físicos y psicológicos, debe demostrar que no hay motivos encubiertos. «Tal y como ocurre en los casos con lazos familiares o de amistad. Hay que demostrar que no hay coacciones o un interés oculto con beneficios», señala Matesanz, que admite que las entrevistas por las que pasan los donantes muchas veces evidencian que no es oro todo lo que reluce. «Es importante que lo hagan convencidos, que no se arrepientan».

Los criterios fijados por la ONT, el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas recogen que, en el caso de que una persona decida donar un riñón de manera altruista, esta sea a un desconocido, por lo que en ningún caso sabrá quien es el receptor. De hecho, esto difiere con algunas campañas en redes sociales y medios de comunicación que solicitan ayuda y donaciones para niños y adultos y que suelen partir de una iniciativa privada. «Sólo se puede donar de manera pública a un desconocido o de manera personal a alguien de tu entorno», alertan, lamentando así que haya quien ofrezca un órgano a personas que inician campañas de captación. «Esto puede inducir a error, crear falsas esperanzas o producir un efecto negativo en aquellos que esperan en lista», señalan.

La reunión de la ONT, que cada año se celebra en Aragón, ha tratado de valorar la situación actual de la actividad trasplantadora en España y las informaciones que surgen en torno a la misma. A lo largo de las dos jornadas, se ha debatido sobre los trasplantados con el virus de la hepatitis C, sus consecuencias y la nueva ventana que supone que se traten con fármacos novedosos como Sovaldi, los trasplantes de órganos en niños, que admitieron están en distorsión ante una demanda con poca oferta debido a las bajas cifras de fallecimientos de niños, o la situación actual de la donación en el país. Y es que, un año más, España lidera con una media de 37 donantes por millón de habitantes los trasplantes en el mundo, lo que contrasta con países como Alemania, donde la cifra es de diez.

Por este motivo, los expertos y coordinadores de trasplantes de las distintas regiones españolas han abogado por aunar esfuerzos y por continuar demostrando que la transparencia y la confianza son los mejores valores del sistema.