­La Audiencia de Málaga ha condenado a seis hombres por obligar a prostituirse a varias mujeres, entre ellas sus esposas o parejas sentimentales, sobre las que ejercían un férreo control respecto a sus movimientos, clientes y dinero ganado. A uno de ellos se le impone más pena por traer a su novia desde Rumanía bajo el engaño de que iba a trabajar en un hotel y, además, se condena a un policía local por no actuar ante posibles sospechas de esta situación.

Según se considera probado en la sentencia de la Sección Segunda, uno de los acusados -todos son de origen rumano- comenzó en 2010 una relación sentimental con una mujer y, «con la intención de que la chica se dedicase al ejercicio de la prostitución, actividad de la que vivía el procesado», la convenció para que se desplazara a España con «la falsa promesa» de que trabajaría en un establecimiento de Málaga. Una vez aquí, la alojó en su vivienda de Torremolinos, pero obligándola a ejercer «bajo continuas advertencias de causar daño a su familia y sometiéndola a todo tipo de maltrato y humillaciones». Todos los días, dice la resolución, la trasladaba al polígono Guadalhorce donde «debía permanecer muchas horas a la espera de clientes», pero un día de marzo de 2012 la chica se escapó, se fue de Málaga y denunció los hechos. A raíz de la investigación se supo que el anterior acusado y otros tres -dos de ellos hermanos del primero- habían formado un grupo, según la sentencia, que se puede recurrir, para «explotar sexualmente por medio del ejercicio de la prostitución a varias mujeres» y con el fin de «afianzar su negocio» haciéndose respetar por parte de otros grupos o clanes respecto a los lugares para captar los clientes como en la seguridad de las chicas.