­En una de las zonas más caras de toda la provincia de Málaga. Con un contrato que no prevé el pago de una mensualidad fija de alquiler y con la explotación blindada de un edificio de 1.570 metros cuadrados para los próximos 20 años. Son algunos de los detalles que revela el contrato negociado entre el coleccionista extremeño Juan Barco y el Patronato de Turismo de la Costa, que fue llevado a papel el pasado 19 de marzo de 2014 y firmado por el propio presidente de la Diputación, Elías Bendodo. En el contrato, a cuyo contenido ha tenido acceso este periódico, sólo se establece una fórmula de retribución en la que la Sociedad Colección Juan Barco se compromete a ceder parte de los ingresos obtenidos siempre y cuando se llegue al número mínimo de 80.000 visitantes anuales.

Además, el contrato garantiza la explotación del edificio del antiguo Patronato, ubicado en la céntrica plaza del Siglo, para los próximos 20 años. En todo caso, si la Diputación optara por la resolución unilateral del contrato para buscarle un nuevo uso al edificio, deberá abonar la cantidad de un millón de euros a la parte arrendadora, que es el propio Juan Barco a través de su sociedad.

Con el eco de la acusación sobrevolando ya en las vísperas de la apertura, el responsable de los asuntos taurinos, Jacobo Florido, aseguró que Juan Barco pasaría a hacer efectivo el ingreso de una cantidad monetaria mensual en concepto de alquiler. Hecho, que no refleja el contrato, ya que sólo se prevé una retribución a las arcas de la Diputación, siempre y cuando se llegue al mencionado número de visitantes estipulado en el contrato. Para ello, se ha determinado una horquilla que se compone de la siguiente manera: de los 80.000 a los 100.000 visitantes el museo tendría que cederle a la Diputación un 20 por ciento del beneficio neto. Si el número de visitantes supera los 100.000 la cantidad ascendería hasta el 30 por ciento y sería del 40 por ciento, si se supera la cifra de los 200.000. Los ingresos netos se calculan siempre descontando, previamente, los gastos relacionados con la explotación y la gestión propia del museo y que incluyen, entre otros, las nóminas de los trabajadores contratados.

A día de hoy, y tras contactar en numerosas ocasiones con Juan Carlos Estrada, mano derecha de Barco en Málaga, las partes encargadas de gestionar el museo no han querido facilitar datos que reflejen la afluencia que haya tenido el centro taurino desde su apertura el pasado 6 de marzo. La dificultad de llegar al número de visitantes estipulado se refleja cuando se compara con los datos que cerró uno de los referentes museísticos, el Carmen Thyssen (150.747 visitas) en el año 2014.

Además de la instalación del museo taurino, el anexo 1 del contrato, le garantiza a Juan Barco la explotación de la tienda temática ubicada en el interior y del servicio de restaurante y cafetería. En la actualidad, el museo ya regenta un restaurante que se ha instalado en la terraza del céntrico edificio. Los clientes del restaurante no contabilizan como visitantes del museo.

Fuentes de la Diputación consultadas al respecto aseguran que la disolución del Patronato de Turismo traerá consigo una revisión del contrato para «adecuarlo dentro de un nuevo marco», como ha anunciado este jueves el portavoz del PP en la Diputación, Francis Salado, en rueda de prensa.