Para la foto que acompaña el reportaje los miembros de Adein, la Asociación para el Desarrollo Integral de las Personas, posan para el fotógrafo en mitad de la calzada del Camino de los Castillejos, en Nueva Málaga, para simbolizar la necesidad que tienen de un local para sus actividades y una sede estable.

«Personas interesadas en la asociación tenemos más de 200, pero todavía no hemos querido que nadie pague las cuotas», explica Cristina Martín, psicóloga y presidenta de Adein. La asociación, explica, nació a finales de 2012 pero el germen fue un trabajo de fin de máster de investigación social y comunitario que realizó con otras psicólogas.

Adein, comenta, llena un hueco importante en el barrio. «Tenemos asociaciones de mayores pero a lo mejor nuestra parcela no la trabajan tanto», señala. Porque Adein ofrece un lista larga de talleres y actividades, muchas de ellas de perfil psicológico: aprender a afrontar adversidades como la pérdida de un ser querido o la enfermedad o un taller relacionado con enfermedades psicosomáticas como el estrés o la soledad.

Pero también tiene talleres sobre nuevas tecnologías, salidas al cine durante el Festival de Málaga y visitas al gimnasio, y aquí la presidenta quiere agradecer la implicación del gimnasio Núñez y del profesor Carlos Lavado.

El éxito de las actividades también es el reflejo de un barrio que ha perdido recientemente el Hogar del Jubilado de Unicaja. «Los abueletes están dejados de la mano de Dios», resume José Luis Morales, miembro de la directiva y que ha sido vicepresidente de la asociación de vecinos y también de la de jubilados.

«Es un barrio que hace 40 años eran todos jóvenes y ahora el 70% son mayores», explica Rafael Márquez, que lleva seis meses en la asociación.

En la actualidad, Adein realiza sus actividades en equipamientos públicos como el Centro Ciudadano Antonio Sánchez, el centro de salud o la biblioteca municipal Miguel de Cervantes, pero también en un local cedido por una comunidad de vecinos. «Y al principio llegamos a organizar algún acto en el hogar del jubilado de Unicaja», recuerda la presidenta.

Por este motivo Pilar Pascual, otra de las colaboradoras, cree que «el problema principal es la falta de un local, cuando la asociación está dando cobertura a una serie de demandas que en el barrio no están cubiertas».

De la misma opinión es la letona Liga Paaruman, vecina de Nueva Málaga, que confiesa además estar muy a gusto con la asociación.

Rafael Márquez comenta que el centro ciudadano de Nueva Málaga no es idóneo «porque está en lo alto de una cuesta y para los mayores es difícil llegar y además es pequeño». En su opinión, el local idóneo, en el centro del barrio, es uno de 200 metros cuadrados que pertenece a una mancomunidad y cuyo alquiler rondaría los 300 euros. La presidenta cree que el Ayuntamiento podía contribuir con el alquiler aunque explica que también está en contacto con más administraciones.

La concejala del distrito, Elisa Pérez de Siles, explicó que el Ayuntamiento ha facilitado a Adein la celebración de los talleres «desde el principio» y que existe un «orden de prelación» de peticionarios de locales «que no nos podemos saltar». En esa lista, destacó, hay asociaciones «que llevan muchos años impartiendo sus actividades en equipamientos públicos».