El cáncer de piel es el tipo de tumor más frecuente en todo el mundo. Dentro de ese concepto, destaca el melanoma, minoritario en el conjunto total pero particularmente agresivo. Cayetana Maldonado Seral, dermatóloga e integrante de la unidad de melanoma del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), subraya el papel de la prevención y los avances terapéuticos registrados en los últimos tiempos. La doctora Maldonado explica las claves para protegerse adecuadamente del sol y la necesidad de prestar atención a las lunares de forma irregular y cambiante.

¿Qué es?

El cáncer de piel engloba un conjunto de tumores que se originan en la piel. Hay varios tipos. Suelen clasificarse como cáncer cutáneo no melanoma (CCNM) y melanoma. En el primer grupo encontramos los tumores más frecuentes, que son, por un lado, los carcinomas de células basales (carcinomas basocelulares) y los carcinomas escamosos (carcinomas espinocelulares). El otro grupo está formado por los melanomas cutáneos, menos frecuentes pero más agresivos.

El melanoma

Es un tumor maligno derivado de los melanocitos, que son las células responsables de fabricar el pigmento (melanina) que proporciona el color de la piel y la protege de la acción nociva de la radiación ultravioleta. La mayoría de los melanomas se originan en la piel, aunque también puede desarrollarse en mucosas, ojos, meninges y otros órganos.

Incidencia

La incidencia del cáncer de piel es la más elevada de todos los tumores (si se consideran tanto los melanomas como los no melanoma). El CCNM es el de mayor incidencia en los registros españoles. En cuanto al melanoma, se describe un aumento exponencial de los casos: en los países europeos el aumento de la incidencia anual supera el 2 por ciento. En el conjunto de España se estima que en 2012 se produjeron en torno a 5.000 casos nuevos de melanoma.

Expectativa de vida

Si bien la incidencia del melanoma es menor que la del cáncer cutáneo no melanoma, la mortalidad del primero es mucho mayor: es responsable del 75 por ciento de todas las muertes por cáncer cutáneo. En Europa y en España, la incidencia de melanoma suele ser más alta en mujeres, mientras que en Estados Unidos es más elevada en hombres. Tradicionalmente, los melanomas en mujeres se localizan en las piernas, mientras que en los varones suelen localizarse en el tronco. Se describen tumores más agresivos en varones. El 41 por ciento de los melanomas se diagnostican antes de los 55 años: es un cáncer muy importante en relación a la reducción en la esperanza de vida. La mayoría son esporádicos. En torno a un 10 por ciento de los casos son hereditarios.

Causas

Encontramos factores genéticos, familiares y ambientales. Los familiares y genéticos son constitucionales, no modificables; entre ellos figura el fototipo de piel, que alude a la capacidad de una persona de broncearse y a la posibilidad de quemarse ante la exposición solar. Se distinguen cinco fototipos: el fototipo I describe personas de piel blanca, con nula o casi nula capacidad de broncearse y posibilidad muy alta de quemarse; son personas de piel y ojos claros y pelo rubio o pelirrojo. En el otro extremo estarían las personas de fototipo V (raza negra), que nunca se queman. Otros factores genéticos que predisponen al melanoma son: número elevado de nevus melanocíticos («lunares»), presencia de nevus («lunares») atípicos e historia familiar de cáncer cutáneo.

El «tumor del oficinista»

Dentro de los factores ambientales, la radiación solar (ultravioleta) es el más importante. Se ha observado, por ejemplo, la mayor incidencia de melanoma en personas con fototipos de piel claros, especialmente si han emigrado hacia zonas de clima soleado (caso típico de emigrantes afincados en Australia), y también su mayor prevalencia entre aquellas personas que tienen exposiciones solares intermitentes e intensas (las llamadas «quemaduras solares»). Algunos autores lo han denominado «el tumor del oficinista» por este motivo. Los rayos ultravioleta pueden dañar el ADN en las células de la piel, lo que puede originar a la larga proliferación de células cancerígenas. Otros factores ambientales implicados son la disminución de la capa de ozono, el uso de cabinas de bronceado, la presencia de enfermedades o medicaciones que asocien inmunosupresión…

¡Al médico!

Los dermatólogos recomendamos revisarse la piel regularmente, conocer nuestros «lunares» y manchas. Si advertimos un lunar, nuevo o antiguo, que adopta apariencia irregular, es decir, con bordes irregulares, dos o más colores, que crece rápidamente, que está cambiando, con sangrado o de gran tamaño, deberíamos consultar al dermatólogo. Ante la aparición de una lesión cutánea atípica, debemos ser derivados desde atención primaria al dermatólogo. Tras una exploración, complementada con dermoscopia, si se sospecha que es un melanoma hay que practicar una extirpación lo antes posible.

Revolución terapéutica

El tratamiento inicial del melanoma consiste en la extirpación de la lesión. Posteriormente, una vez confirmado, se realiza una ampliación de la cicatriz y, en algunos casos, un estudio de ganglio centinela. La actitud terapéutica viene definida por el tumor inicial, junto con la diseminación de la enfermedad en el momento del diagnóstico. En casos con afectación de los ganglios o de otros órganos, existen diferentes opciones de tratamiento: quimioterapia, cirugía, radioterapia… En los últimos años, estamos asistiendo a una auténtica «revolución terapéutica» con la aparición de nuevas terapias que han cambiado radicalmente la perspectiva de estos pacientes. Hay mucha investigación en marcha y es previsible que los avances continúen, pero habrá que dar tiempo al tiempo. El mayor riesgo de recaída tiene lugar en los dos años posteriores al diagnóstico.

Medidas preventivas

La prevención es fundamental. Sabiendo que el principal factor de riesgo es la exposición solar, el uso de protectores solares, evitar la exposición directa a la luz solar en las horas centrales del día y el uso de ropa de protección adecuada son herramientas básicas de prevención. La fotoprotección no sólo implica la aplicación de una pantalla solar en crema, sino que incluye una serie de recomendaciones generales:

A) Mantenerse a la sombra, especialmente durante el mediodía. Las horas con mayor insolación en nuestro país, durante el verano, son de las 12.00 a las 17.00 horas. Las nubes ofrecen una protección relativa.

B) Es especialmente importante proteger a los niños del sol, ya que tienen una piel más sensible y que una gran parte de las radiaciones solares que acumulamos a lo largo de la vida las recibimos durante la infancia.

C) Cubrirse la piel con ropa para que no quede descubierta.

D) Utilizar un sombrero que proteja cara, cabeza, orejas y cuello.

E) Utilizar gafas de sol.