Francisco Campos todavía recuerda los tiempos, hace unos 42 años, en los que para terminar algunas obras en su piso del barrio de Los Millones, asomado al Arroyo del Cuarto, junto a Nueva Málaga, empleaba una carrucha o polea para subir los materiales con una cuerda, «y de la cuerda tiraba un amigo con un R-6».

Los tiempos han cambiado, hace dos décadas que Francisco vive a pocos metros, en Echeverría de Nueva Málaga, pero sigue preocupado por su antiguo barrio. Por eso, en 2012 protagonizó un reportaje en La Opinión en el que pedía pasos de cebra para la calle Los Millones e incluso dibujó un plano para el Ayuntamiento en el que proponía aceras, inexistentes en un lado de la calle.

Francisco consiguió su objetivo en julio en 2014, cuando el Consistorio concluyó las obras de aceras y pasos de cebra, pero como ayer explicaba, «a partir de las obras la gente empezó a comentarme el problema que tenía». Y se trataba de las pronunciadas curvas de la acera en dos tramos de la calle, una auténtica montaña rusa, por lo empinado, que hace imposible subirlas o bajarlas con seguridad: «Con un taca taca o un carrito con una persona achuchando es imposible, no puede subir y se tiene que tirar a la carretera».

Es lo que le pasaba a Rafael Baeza con su mujer, Carmen, ya fallecida. «Tenía a mi mujer mala y no podía subir con ella con el carrito, la gente evita estas dos curvas y se tira a la carretera», cuenta.

Francisco Campos, que ha mostrado el problema a la concejala del distrito, Elisa Pérez de Siles, propone dos posibles soluciones. Una de ellas es rebajar la acera de la curva hasta ponerla al nivel de la calzada. «Al bajar el bordillo se pierde pendiente», señala y ante las posibles pegas de que los coches puedan subirse a la acera, propone que se ponga una barandilla.

No se trata, subraya, de una solución desconocida para el Ayuntamiento. Por eso lleva al periodista hasta la vecina calle México, en el cruce con la avenida de Carlos Haya, recién urbanizada tras la construcción de un bloque de edificios. En ese cruce los dos lados de la acera están rebajados hasta el nivel del suelo. «Es pedir que hagan lo mismo que en la calle México», destaca.

Pero este vecino ha presentado otra alternativa al Ayuntamiento: Si no se pueden rebajar los bordillos, «que se haga un elevado de alquitrán en la calzada, que tampoco es tan difícil con pasos de cebra elevados».

Francisco cree que esta solución no crearía problemas de tráfico porque estos pasos elevados tienen detrás, «sacos», un par de calles sin salida que se usan de aparcamiento.

Ayuntamiento

La concejala de Bailén-Miraflores, Elisa Pérez de Siles, confirmó ayer que Tráfico actuará no solo en dos sino en las cuatro curvas de la calle y elevará la calzada para que la acera continúe. «A él le va a gustar y técnicamente es la solución». La concejala explicó que no se podían rebajar los bordillos porque había que tener en cuenta «la evacuación de las aguas».