­Por segunda vez en menos de nueve meses, Málaga vuelve a estar en el punto de mira del tráfico de armas, algunas de ellas de guerra. Si el pasado julio la Guardia Civil detuvo a dos personas tras localizar en La Cala del Moral uno de los arsenales más grandes hallados en España, el instituto armado informó ayer de la detención de un hombre en la Costa del Sol relacionado con una trama dedicada a la venta de armas en el mercado negro a la que se ha intervenido un centenar de armas y 21.000 cartuchos. En total, los investigadores han realizado siete detenciones y registros domiciliarios en trece provincias españolas, entre ellas Alicante y las andaluzas Sevilla, Cádiz y Córdoba.

Según el instituto armado, los arrestos más importantes son los de Alicante y Málaga, donde los implicados supuestamente manipulaban las armas antes de venderlas. En el primer caso, los agentes han localizado en un garaje un taller clandestino para la reparación de este tipo de armas, donde se ha incautado maquinaria y herramientas, además de cañones, cargadores, armas en proceso de rehabilitación y otras piezas que el propietario fabricaba de forma artesanal como silenciadores. El detenido en Málaga está acusado de adquirir esas y otra armas detonadoras de forma masiva: «Tras manipularlas para que pudieran disparar proyectiles, las vendía junto con su munición a través de internet, aunque también comerciaba con llaveros pistola y pistolas eléctricas tipo taser que también han sido intervenidas».

La Guardia Civil ha concluido que la organización adquiría en el extranjero las armas inutilizadas y posteriormente las manipulaban para ponerlas de nuevo en condiciones de efectuar fuego real. Por este sistema calculan que entre 120 y 130 piezas ha podido ser colocadas en el mercado negro a un precio que oscila entre los 1.200 y los 2.000 euros, «una ganancia que triplica el valor por el que adquirían cada pieza». Dichas armas, procedentes mayoritariamente de países del Este y Estados Unidos, circulaban ilegalmente en España a través de paquetes postales, por lo que al no estar registradas en las bases de datos nacionales «podían ser desviadas al mercado ilegal con total impunidad», aunque también hay artefactos de las Fuerzas Armadas españolas. De hecho, las pesquisas se iniciaron tras detectar que varios ciudadanos españoles adquirían por internet este tipo de armas en el extranjero, por lo que el dispositivo de vigilancia establecido permitió la localización y detención de los siete integrantes de la organización, que, según los investigadores, también compraban en esos mismos establecimientos extranjeros armas con sistema flobert (armas antiguas de percusión lateral) sin las licencias necesarias para su adquisición.

El material intervenido asciende a un centenar de armas, entre ellas 11 fusiles de asalto, 14 subfusiles, 15 pistolas, 22 revólveres, 15 rifles y carabinas, 10 armas sistema flobert (9 revólveres y 1 carabina), 9 armas de avancarga (8 pistolas y 1 rifle), una escopeta, un bastón-escopeta, un llavero pistola, 4 silenciadores, más de 21.000 cartuchos metálicos de diferentes calibres. Además contaban con 11,5 kilos de pólvora, más de 60 cañones y semielaborados con los que rehabilitar armas inutilizadas, más de 140 cargadores de todo tipo de armas, numerosas piezas fundamentales (armazones, correderas y cerrojos), accesorios, herramientas y piecería para la rehabilitación de armas de fuego, así como abundante documentación y equipos informáticos para estudio.

Desde el instituto armado destacaron el calado de la operación. «Dada la condición original de armas de guerra de muchas de ellas, tanto por su calibre como por su capacidad para hacer fuego automático (ametrallador), la rehabilitación de este tipo de armas y su comercio ilegal suponen un riesgo máximo para la seguridad ciudadana, incluso por su posible desvío a organizaciones terroristas», explicó uno de los responsables de un operativo en el que han participado las comandancias de Vizcaya, Navarra, Cantabria, Burgos, Barcelona, Sevilla, Cádiz, Córdoba y Las Palmas de Gran Canaria, aunque las investigaciones han sido dirigidas por el Juzgado de Instrucción número 1 de Denia (Alicante).

Como adelantó La Opinión de Málaga en julio, una investigación del Seprona en torno a una presunta irregularidad urbanística en Churriana permitió localizar en Rincón de la Victoria un arsenal compuesto por 148 armas de fuego, 55 granadas, tres minas anticarro, más de 16.000 cartuchos metálicos de diferentes calibres, un cohete de artillería y un mortero pesado, entre otro material.