Más de medio millar de pacientes con cáncer de próstata han sido tratados mediante el implante de semillas radiactivas desde que en 2002 se puso en marcha esta opción terapéutica, denominada braquiterapia, en el Hospital Regional de Málaga.

Este centro hospitalario fue el primero del sistema sanitario público andaluz, y uno de los primeros españoles, en incorporar la braquiterapia para el tratamiento del cáncer de próstata, según ha informado hoy la Junta en un comunicado.

Hasta la fecha, los resultados han sido "excelentes" en los pacientes tratados en el hospital de Málaga, aunque esta técnica no puede ser utilizada en todas las personas.

La braquiterapia está indicada cuando el tumor es de bajo riesgo, el volumen de la próstata es menor a 50 mililitros y los pacientes tienen poca sintomatología y mantienen una buena función urinaria.

Su efectividad es similar a otros tratamientos curativos utilizados en el cáncer de próstata, como radioterapia externa aislada y cirugía, pero tiene menos efectos secundarios.

Así, un estudio multicéntrico realizado en quince hospitales en cerca de setecientos pacientes ha mostrado que la braquiterapia produce menores morbilidad, tasa de disfunción eréctil e incidencia de incontinencia urinaria, además de nulo riesgo quirúrgico.

Entre los beneficios está la reducción del tiempo de ingreso, la posibilidad de reanudar la actividad social y laboral en muy corto espacio de tiempo y mayor protección de órganos cercanos, como la vejiga y el recto.

Las semillas radiactivas -de 50 a 85 semillas- de Yodo 125 se implantan en el interior de la próstata mediante unas agujas muy finas, en quirófano y bajo control ecográfico.

Las mejoras tecnológicas han permitido ir reduciendo en los últimos años los tiempos de tratamiento, quirófano y de anestesia.

Ello ha permitido la administración de una dosis más ajustada y efectiva de las semillas radiactivas, a la vez que un mayor control en el momento de la implantación en quirófano, y mayor seguridad para el paciente.