­El imputado por el presunto homicidio del hijo de su pareja, Alejandro, de sólo tres años, a las16.15 horas del pasado 9 de febrero, aseguró ayer al titular del Juzgado de Instrucción número 6 de la capital que el hecho de que el niño cayera a la balsa en la que fue hallado, ubicada en los Montes de Málaga, se debió a un accidente y que no lo sacó porque se bloqueó.

El detenido se llama Antonio F., tiene 23 años y es el exnovio de la madre del pequeño. Ayer prestó declaración ante el juez tras pedirlo su abogado. Ha estado una hora y media compareciendo ante el togado a petición propia. Así, fuentes de su defensa insistieron en que dio varias versiones de lo sucedido en aquellos días porque tuvo «miedo, susto» y temía la reacción de sus familiares, entre ellas su madre.

Asimismo, las mismas fuentes han insistido en que él siempre se ha declarado inocente y jamás reconoció, como se dijo en los medios, haber cometido el homicidio a preguntas de la Guardia Civil. El pequeño se perdió en La Cala de Moral.

«Fue un accidente y tuvo una reacción tal que ya veremos si es lógica para una persona normal», precisaron las fuentes, haciendo una velada alusión a la supuesta discapacidad intelectual que sufriría el joven y que ahora van a intentar acreditar a través de diferentes diligencias que han solicitado en el juzgado.

«Él nunca reconoció los hechos a la Guardia Civil, él mantiene su inocencia y es lo que ha hecho está mañana. Hemos querido matizar lo que le dijo a los agentes ya que él tenía una gran relación con el niño, lo quería, lo cuidaba, y hemos explicado también por qué dio una versión y luego la cambió». De la relación excelente que había entre niño y presunto agresor habría pruebas, expusieron las fuentes.

Fueron a parar a un lugar recóndito de Los Montes de Málaga, donde se encontraba la balsa, porque, según señaló, acudieron a visitar un mirador. Una vez allí, quisieron ver un helipuerto cercano pero el pequeño cayó a una balsa.

El cadáver lo halló la Guardia Civil en la madrugada del 10 de febrero sumergido en la balsa, habitualmente usada por los helicópteros para recargar agua a la hora de apagar incendios. Este lugar era conocido por el acusado, Antonio F., precisamente porque estaba interesado en ser bombero.

Varias versiones

Todo apunta a que el pequeño falleció alrededor de las 16.15 horas del 9 de febrero, antes de que el detenido denunciara su desaparición en un centro comercial de Rincón de la Victoria, lugar en el que no fue hallado.

Las cámaras de seguridad desmontaron el testimonio del detenido, que posteriormente ofreció varias versiones contradictorias y las fuerzas de seguridad buscaron al pequeño en una playa y acantilados, hasta que el joven, con la intermediación de un familiar, finalmente condujo a los agentes hasta la balsa de agua.

Ante el juez no declaró por recomendación de su abogado ya que estaba muy nervioso y le dieron medicación. De las investigaciones de la guardia civil se desprende que «había tensiones familiares» y que quizás el arrestado pensaba que el niño era un obstáculo para la relación sentimental con su madre.