Sin dudas en el clima y tampoco en las reservas de los hoteles. La provincia del Málaga afronta el puente de mayo con las expectativas turísticas por todo lo alto y una sensación de ingreso anticipado en el verano, tanto por la previsión de las temperaturas como por la afluencia, ya masiva, de visitantes.

Una vez superado el escollo del invierno, que volvió a ralentizar la actividad, con cierre temporal incluido de muchos establecimientos, las turbinas turísticas de la Costa del Sol se ejercitan de nuevo a toda máquina. A partir de esta noche, los resultados comenzarán a emparentarse con los de la época estival, dibujando un panorama, especialmente en el litoral, parecido en intensidad al de las jornadas más activas de los meses calurosos.

Según indica Aehcos, la patronal hotelera, la ocupación llegará al 80 por ciento el viernes y el sábado, descendiendo hasta el 62 durante el domingo, lo que arroja una media superior en tres puntos a la del pasado año.

El crecimiento se asienta principalmente en las perspectivas meteorológicas, que persisten en el repunte experimentado esta semana. El aeropuerto operará un total de 1.233 vuelos, en los que se pondrán a la venta 221.269 asientos. El día de mayor intensidad, en lo que respecta al tráfico aéreo, será el sábado, con un pronóstico de 60.546 plazas y 256 movimientos.

El pulso turístico de Málaga se notará también en la carrretera, donde se espera la confluencia de cerca de 220.000 desplazamientos. Unos números que confirman el vaticinio positivo de los hoteleros y de la propia Junta de Andalucía, que eleva el salto respecto a 2014 al 5 por ciento. Y eso, a pesar de que en esta ocasión se cuenta con un día menos de descanso.

De acuerdo con Aehcos, los puntos de la provincia más frecuentados volverán a ser los de la costa, que se verá favorecida por un sol resplandeciente, de los que animan al baño. La temperatura está previsto, incluso, que supere los 30 grados, con mínimas que, en ningún caso, se situarán por debajo de los 15. Un clima, en definitiva, hospitalario, aliado esta vez con los intereses económicos de la provincia.

Especialmente, en lo que se refiere a los chiringuitos, que ya vivieron la pasada Semana Santa, y por idéntico motivo, uno de sus periodos festivos más rentables de los últimos años. Con las cartas del puente a favor y sobre la mesa, la provincia inclina su suerte cíclica en el turismo a favor del crecimiento. Y, de paso, despeja las pocas dudas que todavía quedaban en torno al comportamiento de 2015, que se presume, incluso, más positivo que en el ejercicio pasado, con toda su estela de récord.

Para constatarlo nada mejor que atender de nuevo a las cifras del aeropuerto de Málaga, que en el primer trimestre del año volvió a crecer, tanto en pasajeros -7 por ciento- como en el volumen de actividad y de vuelos -0,6 por cien-. Las previsiones para este verano apuntan en la misma dirección, con un turismo internacional que seguirá marcando la pauta positiva y una demanda interna que avalará su recuperación. La Costa del Sol deja atrás la parálisis del invierno. Con energía y con la bendición, tantas veces determinante, de los termómetros.