La Audiencia Provincial de Málaga ha condenado a un año de prisión a un hombre, cuyas iniciales son M. E., como responsable de un delito continuado de abusos sexuales, así como a no acercarse a la víctima durante tres años y a indemnizarla en 3.000 euros. Los hechos tuvieron lugar en la vivienda de la familia del agredido. Se da la circunstancia de que el condenado sufre un trastorno bipolar, consume alcohol y cannabis y presenta un grado de minusvalía del 65%, que le ha valido que el tribunal tenga en cuenta la atenuante muy cualificada de la responsabilidad penal de enfermedad mental. El perjudicado sufre una discapacidad mental que le hacía especialmente vulnerable.

Según consta en el apartado de hechos probados de la sentencia, el procesado se aprovechó de que «la víctima padece un retraso mental ligero-moderado que le impide conocer exactamente el significado y las consecuencias del acto sexual».

Así, en fechas no determinadas, pero entre el verano de 2012 y el 9 de febrero de 2013, realizó con el perjudicado «diversos actos sexuales, consistentes en frotamiento y tocamientos de los genitales de forma mutua y recíproca», considera constatada la Sala juzgadora.

El perjudicado está incapacitado civilmente de forma total, y sus progenitores tienen la patria potestad. Asimismo, padece un retraso mental ligero congénito y un trastorno de la personalidad. Su incapacidad global está valorada en un 72%, más otros diez puntos porcentuales por los factores complementarios, lo que situaría la gradación de su invalidez en el 82%, dicen los magistrados en la sentencia. El acusado presenta un grado de minusvalía del 65%, estando diagnosticado de trastorno bipolar, «consumo perjudicial de alcohol y cannabis».

Así, se le impone un año de cárcel y la prohibición de acercarse al afectado o a su familia durante tres años. En este sentido, habrá de indemnizar al afectado en 3.000 euros.

La Sala entiende, como consta en su resolución, que no se ha probado la existencia de violencia o intimidación. La acusación particular, por su parte, pedía una pena de diez años de prisión por abusos sexuales continuados con acceso carnal con abuso, a su vez, del trastorno mental de la víctima, así como una indemnización de 18.000 euros para éste.