Primero resonaron las armas de fuego. En agosto de 1779 el gobernador de La Luisiana, el malagueño Bernardo de Gálvez, y sus 1.500 hombres conquistaron el fuerte inglés de Baton Rouge junto al Misisipi. Luego fueron los versos: en el mismo año, 1779, el poeta Antoine Boudousquieu compuso una obra épico-burlesca titulada La toma de la colina de Baton Rouge por el Señor de Gálvez.

Por último, casi dos siglos después, en 1976, bicentenario de la declaración de independencia de Estados Unidos, el compositor grecoamericano Dinos Constantinides presentó la Cantata a Bernardo de Gálvez. La obra está basada en los versos de Boudousquieu, que cuentan la historia de la mañana en la que el dios del río Misisipi fue despertado por unos cañonazos, envío a una ninfa a tierra firme disfrazada de mortal y esta fue testigo de cómo el héroe malagueño vencía a los ingleses.

Esta larga historia de armas, versos y música podrá escucharse por primera vez en España en el concierto homenaje a Bernardo de Gálvez que la Asociación Cultural Bernardo de Gálvez, nacida en Málaga en 2008, ofrece esta tarde a partir de las 20 horas en la Catedral (entrada gratuita). Y como la asociación no da puntada sin hilo, el concierto tiene lugar hoy 8 de mayo, aniversario de la victoria de Panzacola (Pensacola en inglés), uno de las logros más importantes de Gálvez, ya en el año 1781.

En la primera parte del concierto el organista Adalberto Martínez Solaesa interpretará piezas de compositores españoles del XVIII, la mayoría contemporáneos de Gálvez, incluido el padre Soler.

El malagueño José Carlos Carmona dirigirá la Orquesta Sinfónica Provincial de Málaga y el Coro de la Universidad de Sevilla para ofrecer en primicia en España la obra del compositor Dinos Constaninides (Ioannina, Grecia, 1929). De Constantinides destaca que en general se trata de un músico «parecido a Hindemith o Bela Bartok, porque aunque su música tiene cierta complejidad, siempre hay centros tonales y el público sabe más o menos por dónde va, no anda perdido».

En cuanto a la Cantata a Gálvez, resalta que cuenta con partes habladas «y el coro tiene una parte en la que en vez de cantar solo habla».

Un dato curioso de esta pieza, señala el director malagueño, es que la parte de la batalla no aparece, como sí ocurre en piezas tan célebres como la Obertura 1812 de Tchaikovsky, ya que la ninfa es la encargada de transmitir al dios del río el resultado.

José Carlos Carmona, que lleva 20 años dirigiendo en Sevilla -en la actualidad es director de la Orquesta Sinfónica Hispalense-, confiesa estar emocionado por poder tocar en la Catedral de Málaga, «porque cuando era niño vivía en la calle de la Victoria y algunas veces con mi madre íbamos a misas importantes y corría para poder escuchar música, por eso personalmente me toca una fibra especial».

La soprano Alicia Molina, la mezzosoprano Alicia Naranjo, el tenor Luis María Pacetti y el bajo Juan Manuel Corado son los cuatro solistas de la orquesta, que estará formada por 60 personas, informa Francisco Teva, vicepresidente de la Orquesta Sinfónica Provincial de Málaga, que explica que esta formación contará con 30 músicos. «En esta ocasión será más complicada la parte coral que la instrumental, sobre todo la voz de la soprano», anuncia. Todo listo para honrar los oídos del general Gálvez.