El puerto de Málaga fue ayer el escenario de un simulacro en el que un triple ataque terrorista puso en jaque a la Armada y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. El ejercicio, denominado Seguridad Marítima MARSEC-15, estuvo dirigido por el presidente de la Autoridad Portuaria, Paulino Plata, y el subdelegado del Gobierno, Jorge Hernández Mollar, y coordinado por el capitán de navío y jefe de la Comandancia Naval de Málaga, Pablo Lewicki.

Tras el operativo, en el que participaron 134 efectivos, el buque de transporte Contramaestre Casado, el cazaminas Segura y la Unidad de Buceadores de la Bahía de Cádiz (Unbudiz), el responsable de la Armada aseguró que el objetivo es comprobar la capacidad de actuación y colaboración de la Fuerza de Acción Marítima de la Armada con otros cuerpos como la Guardia Civil, Policía Nacional, Policía Portuaria, Salvamento Marítimo, Emergencias 112 Andalucía y Vigilancia Aduanera. «Se ha tratado de un supuesto en el que alguien coloca varios artefactos explosivos en diferentes puntos del puerto», dijo Lewicki, refiriéndose a los dispositivos localizados y desactivados en una maleta hallada en el Palmeral de las Sorpresas, otro junto al buque Casado mientras desembarcaba personal y medios procedentes de una operación de paz y un tercero en una de las dársenas del puerto.

Aunque estaba previsto que el Servicio de Desactivación de Explosivos de la Guardia Civil y los Técnicos Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos (Tedax) de la Policía Nacional se repartieran los dispositivos hallados en tierra, los segundos asumieron ambos trabajos ante una emergencia real que finalmente quedó en falsa alarma en Alhaurín el Grande, donde los asaltantes de una vivienda dejaron un artefacto que resultó ser simulado. Finalmente, los buzos de la Armada se sumergieron en una de las dársenas del puerto para reflotar y retirar el último de los explosivos. Aunque los procedimientos de actuación y coordinación entre los organismos participantes «han funcionado correctamente», Hernández Mollar añadió que existen «algunas cuestiones por matizar», por lo que se elaborará un briefing con la finalidad de reforzarlo. No obstante, dejó claro que la capital es «una ciudad segura», ya que «las administraciones están perfectamente preparadas para atender cualquier riesgo que se produzca». El presidente de la Autoridad Portuaria aseguró que, gracias a este ejercicio, se han revisado las dársenas del puerto, por lo que es una infraestructura totalmente segura.