La cuenta general ofrece dos datos algo sorprendentes al analizar el capítulo de los ingresos obtenidos por la Gerencia de Urbanismo el año pasado. La actualización de las tasas urbanísticas, que entró en vigor en 2014, trajo la eliminación de algunas y la creación de media docena más, lo que ha permitido aumentar la recaudación por dichas tasas. Ello, unido a un ligero incremento de la actividad constructiva en la ciudad, especialmente en la obras menores, ha supuesto un importante aumento en los ingresos generados por las licencias urbanísticas en 2014.

El año pasado, las tasas urbanísticas lograron 3.400.544 euros de recaudación, lo que supuso un aumento de 874.627 euros (un 34,6%) respecto a los 2.525.916 euros de 2013.

Lo más sorprendente es la fortísima subida experimentada por los ingresos por las multas por infracciones urbanísticas, que el año pasado crecieron un 670%. En 2013 los ingresos por estas multas fueron de 84.336 euros y el año pasado subieron hasta los 649.629 euros. Estas multas, llamadas multas coercitivas, se imponen para exigir el restablecimiento de la legalidad urbanística cuando un promotor o un particular ha construido indebidamente y sin permiso. La ley permite imponer hasta 12 multas de este tipo si el infractor hace caso omiso; las más bajas son de 600 euros y pueden llegar hasta los 15.000 o 20.000 euros o más ya que está en función del valor de lo restituido.

La alta subida de ingresos por estas multas se debe, señalan en Urbanismo, a varios expedientes sancionadores importantes ejecutados en la Sierra de Churriana donde se localizaron obras ilegales de envergadura.