­Con la escenificación y la teatralidad que exigen las grandes negociaciones -la disputa por el poder institucional en la provincia de Málaga entra dentro de esa acepción-, el Partido Popular y Ciudadanos se animaron ayer a iniciar las negociaciones pertinentes para abordar posibles acuerdos entre ambas formaciones que faciliten la gobernabilidad de la Diputación Provincial y de numerosos municipios que se presentan en suspense ante la falta de mayorías absolutas.

El primer cara a cara entre el presidente del PP en Málaga, Elías Bendodo, y el líder de Ciudadanos en Málaga, Juan Cassá, despejó fundamentalmente dos dudas sobre el punto de partida en el que se pondrán en marcha los futuros mecanismos de la negociación: cada casuística se estudiará municipio a municipio y en la provincia de Málaga, al contrario que en otras, Ciudadanos basará su estrategia de alianzas sobre programas concretos y no en personas.

Estas premisas permiten extraer consecuencias inmediatas. Por un lado, que existe la posibilidad de que Ciudadanos brinde su apoyo tanto a PP y a PSOE, dependiendo del municipio, y que Pedro Fernández Montes, alcalde en funciones de Torremolinos que había protagonizado una aireada polémica con la candidata local de Ciudadanos, Ángeles Vergara, se convierte en un interlocutor válido para la formación naranja y tiene abierta la posibilidad de ser investido de nuevo alcalde el próximo 13 de junio. Sin la posibilidad de alcanzar un gran pacto global, en todo caso, y como quiso dejar claro Juan Cassá durante la rueda de prensa celebrada después de la reunión, Ciudadanos no formará parte de ningún gobierno y el apoyo se reduce a facilitar la investidura en los municipios y en la Diputación. «Ciudadanos no entrará en ningún gobierno que no presida», insistió de nuevo en la línea marcada por su partido a nivel nacional.

Ciudadanos, formación convertida por las urnas en la llave de gobierno en muchos municipios de la provincia, resulta indispensable para el PP si quiere alcanzar la gobernabilidad, además de en la capital, en los municipios de Torremolinos, Mijas, Nerja, Mollina y Alcaucín. También es clave para la Diputación Provincial.

La primera reunión mantenida entre Bendodo y Cassá, que duró aproximadamente una hora y que fue precedida por la firma del documento de mínimos exigido por el partido de Albert Rivera, dio buena muestra sobre el clima de cordialidad en el que discurrirán a partir de ahora las futuras negociaciones. Lejos de la euforia tonal de la campaña, en la que Bendodo todavía aseguraba que Ciudadanos era el equivalente a votar al PSOE, el presidente popular destacó ayer la buena «predisposición» que se había encontrado en un encuentro tildado como «muy productivo». De esta manera, Bendodo buscó el discursó de la semejanza ideológica y no dudó en lanzar constantes guiños reverenciales hacia Cassá. «La coincidencia es amplia y, por tanto, espero que las mesas de trabajo culminen con éxito y se llegue a acuerdos en todos los casos para garantizar unos gobiernos estables en el mayor número de municipios», declaró el popular después de haber puesto en común los programas de ambos formaciones.

De acuerdo con Bendodo, ambas formaciones emprenderán a partir de ahora una negociación permanente y abierta, de vocación «humilde» y «transparente», destinada a tejer alianzas puntuales de investidura para lograr gobernar desde la estabilidad. Para tal objetivo, de momento, se han creado dos meses de trabajo. Una relativa a la Diputación que estará integrada por el diputado en funciones de Presidencia, Carlos Conde, y el representante de Ciudadanos, Carlos Prieto. Otra, alineada en torno a resolver las eminentes dudas en los diferentes municipios de la provincia que dependen de acuerdos para la gobernabilidad. Esta última estará compuesta por la secretaria general del PP en Málaga, Margarita del Cid, y el parlamentario Carlos Hernández White. Con el horizonte puesto en mantener el máximo poder institucional posible en la provincia, Bendodo reiteró de nuevo la legitimidad de su partido para formar gobierno en todos los municipios en los que el PP parte con la certeza de haber sido el partido más votado.

Cassá, que ayer permaneció subido a la ola de la equidistancia, no se movió de la consigna de tender sus brazos, también, al resto de las formaciones políticas. «El escenario político ha cambiado y es bueno que haya más formaciones dentro del tablero de la política», señaló su intención de hablar con todos los partidos políticos que suscriban su documento de mínimos. Sin adelantar posibles preferencias, Cassá reiteró su firme intención de «apoyar todas las buenas propuestas para los ciudadanos». Con relación a la Diputación, institución con la que no comulga Ciudadanos, Cassá precisó que su preocupación inmediata pasa por saber «cuáles son las ideas del PP de cara a los próximos cuatro años».