Agentes de la Policía Nacional han liberado a seis ciudadanos de Pakistán que estaban siendo explotadas laboralmente por compatriotas suyos, que les obligaban a trabajar en tres establecimientos de kebab once horas diarias durante los siete días de la semana. Durante el operativo han sido detenidas dos personas supuestas integrantes de una organización criminal, según informó ayer la policía en un comunicado.

Las pesquisas se iniciaron en marzo en torno a la existencia en la provincia de una organización criminal compuesta por personas de nacionalidad pakistaní que se estaría dedicando a la trata de seres humanos. La organización introducía de forma clandestina a ciudadanos pakistaníes en España, para posteriormente explotarlos laboralmente. Las víctimas eran captadas por la organización en sectores muy pobres de las zonas rurales de Pakistán. Entre las víctimas -todas de origen agrario y con fuertes cargas familiares- incluso hay parientes de los mismos explotadores.

Los miembros de la red les prometían trabajo para lo cual les facilitaban todo lo relativo al viaje, ofreciéndoles, entre otras, la posibilidad de pagar el viaje a plazos hecho que posteriormente les obligaba a pasar largas temporadas viviendo de forma clandestina en países de tránsito hasta que conseguían el dinero con el que pagaban el siguiente tramo que les permitía continuar con el viaje. En ocasiones eran los mismos tratadores quienes se lo adelantaban.

La organización proponía las distintas vías de acceso, si bien, mayoritariamente, utilizaban la terrestre -en coche, tren, barco y a pie- para cruzar los distintos países europeos hasta llegar a España. Durante el peregrinaje -que podía durar varios meses e incluso años- las víctimas cambiaban de vehículo en numerosas ocasiones y, para evitar ser detectadas por las autoridades fronterizas, atravesaban a pie las fronteras e incluso en barco.

Una vez en España, eran introducidos para trabajar para la organización en tres establecimientos de comida rápida de la provincia de Málaga. Durante el tiempo en que las víctimas permanecían trabajando para la organización eran hacinadas en viviendas alquiladas por la red y algunas de ellas lo hacían en las trastiendas de los establecimientos.

La operación ha permitido, además de la liberación de las víctimas, la detención de dos integrantes de la organización asentados en la provincia de Málaga.

Los arrestados enviaban las ganancias a Pakistán, bien mediante envíos a través de empresas especializadas, o bien personalmente llevándolo entre sus pertenencias cuando viajaban hasta su país. De hecho, uno de los investigados fue detenido en el aeropuerto de Málaga cuando intentaba salir del país llevando consigo casi 10.000 euros en efectivo.