Nuevo Ayuntamiento

Málaga tiene inversiones y proyectos por 500 millones pendientes del pacto

El PP está condenado a entenderse con Ciudadanos para lograr un pacto que garantice la gobernabilidad del Ayuntamiento

Miguel Ferrary

Miguel Ferrary

«Transparencia en las contrataciones, reducción de los cargos de confianza y de los sueldos de los directivos de empresas municipales y refuerzo de la presencia en los barrios». Así comenzaba la crónica de este periódico sobre la toma de posesión de Francisco de la Torre como alcalde de Málaga el 11 de junio de 2011. Cuatro años después y tras la pérdida de la mayoría absoluta, estas ideas lanzadas en 2011 se van a convertir en una realidad más palpable. De la Torre tiene en marcha -y parece que bastante encarriladas- las negociaciones con Ciudadanos (C´s) para asegurar su investidura, pero a cambio de asumir un decálogo que asegura un plan de recortes en cargos de confianza y sueldos de gerente muy restrictivo. No quería caldo, pues ahora tendrá dos tazas servidas por Ciudadanos si quiere manteser otros cuatro años en la alcaldía de Málaga.

La eliminación de los directores de distritos nombrados a dedo por el equipo de gobierno será la primera consecuencia de las nuevas políticas. Once cargos de confianza que desaparecerán del organigrama municipal. Así lo ha exigido Ciudadanos, que lo incluye en su programa, pero también lo avala Málaga Ahora y lo asumen IU y PSOE con normalidad. Los funcionarios serán los encargados de desempeñar esta labor, obligando además a que los concejales se multipliquen en los distritos.

La fusión de empresas y organismos públicos, la simplificación de los organigramas y el recorte en los sueldos serán otras claves del nuevo Ayuntamiento de Málaga. Hay 18 concejales que ya tienen asumido ese camino y los 13 ediles del PP están viendo que no hay otra alternativa si quieren gobernar. Es el signo de los nuevos tiempos, pactar cada medida y cada proyecto.

En estos cuatro años se verá un cambio de rumbo en la gestión del PP, forzado por la necesidad de buscar mayorías para sacar adelante su programa de gobierno. Hay al menos una decena de proyectos que están en el aire y pendientes de una decisión política. Entre todos suman unos 500 millones de inversión, aunque en distinta fase de desarrollo. Los convenios urbanísticos son los que generarán más dinero a su alrededor, aunque no hay que olvidar el contrato de Limasa, el tramo del metro pendiente de aprobar o el auditorio de música.

La presión de la mayoría que representan los concejales del PSOE, IU, Málaga Ahora y Ciudadanos es suficiente para adaptar los planes iniciales del PP a sus propias prioridades.

De la Torre cuenta con una baza en el caso de llegar a un acuerdo de investidura con Ciudadanos. Que se consiga también sobre grandes líneas de gobierno que le asegure estabilidad. Es verdad que esta formación liderada por Juan Cassá en el Ayuntamiento, cuenta con puntos en común que facilitarán ese encuentro tan ansiado. Por ejemplo, hay sintonía sobre el desarrollo de la Academia del Málaga CF en Arraijanal, el cumplimiento de los convenios urbanísticos ya firmados (Térmica, Martiricos, Repsol o La Mundial) o que el metro llegue soterrado al Hospital Civil. Son puntos de encuentro que facilitarían un posible acuerdo de gobernabilidad.

Auditorio y futuro del Astoria

Distinto es el caso del auditorio de Málaga o el futuro del antiguo cine Astoria. Las opiniones, a priori, sin divergentes. Ciudadanos prefiere sacar el auditorio del puerto de Málaga y adaptar para este uso el edificio vacío del Centro de Exposiciones Sur que está junto a la estación, una opción que Cassá considera «más barata» y que aprovecharía la cercanía del AVE. De la Torre, en cambio, sigue apostando por el auditorio en el puerto de Málaga, idea en la que coincide además con el PSOE e IU, que prefieren blindar el suelo para no perder su uso público y buscar el apoyo de otras administraciones cuando mejore la situación económica.

El futuro del Astoria también parece destinado a un posible cambio a medio plazo. El PP paralizó el concurso para darle uso y lo fio todo a una convocatoria pública de ideas que sirviese para aclarar el destino de este edificio, que costó 22 millones de euros al Ayuntamiento. Juan Cassá (C´s), en cambio, plantea destinar el inmueble a un hotel de cinco estrellas. En este punto de fricción, De la Torre vuelve a encontrar coincidencia con otros grupos, aunque con matices. IU también propone un concurso público de ideas como alternativa a otras propuestas más radicales como el derribo del edificio y dejar ese espacio diáfano. Málaga Ahora propone un uso ciudadano, que además sea decidido mediante la participación vecinal. El PSOE coincide también en la necesidad de dar voz a colectivos antes de tomar una decisión, aunque va más en la línea planteada por el PP de destinarlo a equipamiento cultural y turístico.

Limasa

La gran prueba de fuego para ver si es posible gobernar con acuerdos parciales es el futuro de Limasa, que en 2017 termina su contrato de concesión privada y tiene que definir un nuevo marco legal. El futuro alcalde tiene ante sí un panorama político muy dividido. Por un lado, PSOE, IU y Málaga Ahora (15 votos) defienden la municipalización del servicio como vía de ahorro y ganar efectividad. Ciudadanos (3 votos) opta por privatizar el servicio, pero partiéndolo en varias unidades territoriales para mejorar el control de la empresa y el grado de limpieza. El PP (13 votos), por ahora, ha dejado abierto el abanico de opciones, incluida la municipalización, pero sin mucho entusiasmo.

En teoría, un consenso entre Ciudadanos y el PP para hacer una nueva concesión privada de Limasa parece la opción más factible, alejando así la posibilidad de municipalizar la empresa. Sólo quedaría ver cómo y si Ciudadanos sería capaz de imponer su modelo. Sobre todo a la plantilla.

Convenios urbanísticos

Repsol, Térmica, Martiricos y La Mundial son los convenios urbanísticos que están llamados a cambiar amplias zonas de la ciudad, en ambiciosas operaciones inmobiliarias y después de años de paralización por la crisis. De hecho, salvo en el caso de Martiricos, en todos hay incumplimientos y una renegociación sobre las compensaciones a la ciudad comprometidas.

La pérdida de la mayoría del PP parece que no supondrá un cambio en estas actuaciones, pese a la fuerte contestación social en algunas de ellas. Ciudadanos insiste en que hay que cumplir con los contratos firmados, aunque no estén muy de acuerdos con el contenido. Eso avalaría la continuación de estos proyectos de viviendas, donde se opta por edificios altos, incluso superando las 30 plantas en Repsol.

Esto no quita para que Juan Cassá matice dos aspectos. Quiere el parque en Repsol lo antes posible y, sobre el hotel de Moneo derribando la antigua pensión La Mundial, sólo aceptaría romper el acuerdo si no se cumple el calendario de pagos de la promotora. Si no, este edificio histórico quedaría condenado a desaparecer para dar paso a un hotel de diez plantas en el Centro.

Ese estricto cumplimiento de los acuerdos no lo aplica en el metro, donde apoya la idea de Francisco de la Torre de romper el convenio firmado en 2013 para completar la infraestructura al menor coste. Juan Cassá se decanta por soterrar el tramo hasta el Hospital Civil, aunque triplique el presupuesto. Ni PSOE ni IU ni Málaga Ahora contemplan esta posibilidad. Incluso estos últimos proponen no hacer nada y ahorrar ese dinero.

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