­Dos semanas después de iniciar una huelga indefinida en Carlos Haya, los médicos de urgencias están más seguros que nunca de los motivos que les han llevado a protestar por sus condiciones de trabajo. En total denuncian catorce puestos sin cubrir y que seis trabajadores están al 33%, lo que les lleva a la precariedad laboral.

Catorce días después de ponerse en huelga, las incidencias se están notando en el servicio de urgencias, donde la demora se ha incrementado, según los trabajadores, en dos horas diarias. Todos los días los profesionales han secundado la huelga. Ayer por la mañana lo hicieron cinco y por la tarde tres. Según fuentes del centro sanitario esto no afectó a la asistencia sanitaria y no tuvo incidencias.

Esta mañana el comité de huelga volverá a reunirse con la dirección el centro para intentar acercar posturas y llegar un acuerdo, algo que esperan ambas partes pero que, de momento, no parece que vaya a llegar a buen puerto a consecuencia de que las posturas siguen enfrentadas. Según CSIF, el sindicato que ha convocado la huelga indefinida, los trabajadores están saturados y desmotivados por la falta de plantilla, mientras que el hospital asegura que los puestos están correctamente cubiertos y que no pueden hacer nada por mejorar la situación de los trabajadores del servicio. Mientras tanto, el personal está recogiendo firmas para entregarlas el lunes en la Delegación de Igualdad, Salud y Políticas Sociales. A las cerca de 600 rúbricas físicas hay que sumar las alrededor de mil que llevan recogidas en la plataforma change.org, donde los ciudadanos exigen al Servicio Andaluz de Salud (SAS) que contrate más personal para que el servicio de urgencias de Carlos haya funcione correctamente.

Además, el sindicato ha denunciado represalias de la dirección del centro hospitalario por la huelga, tras fijar en turno de tarde a los seis médicos del servicio contratados al 33% de la jornada, lo que supone una «discriminación» en relación al resto de la plantilla por la reducción del número de guardias y de las retribuciones, además del incremento de la «penosidad» que implica el turno de tarde. Esta alteración de las condiciones laborales durante el proceso de huelga constituye, según CSIF, una vulneración del derecho fundamental a la huelga, por lo que tras estudiarlo con los servicios jurídicos esperan presentar en los próximos días una demanda ante el juzgado de lo contencioso.