El Ayuntamiento de Málaga tendrá un gobierno estable durante toda la legislatura y abordará un proceso de adelgazamiento en la estructura municipal, tanto en cargos de confianza como en retribuciones de los gerentes. Estas son las dos principales conclusiones de un acuerdo entre el PP y Ciudadanos que permitirá la investidura, esta mañana, de Francisco de la Torre como alcalde durante los próximos cuatro años. Sin embargo, los tres folios de puntos de trabajo adolecen de concreción en los temas más espinosos, como el futuro de Limasa o la rebaja de los sueldos de los gerentes municipales. Además, evita abordar asuntos más relevantes, como el futuro de algunos convenios urbanísticos, el plan para reducir la deuda, la negociación del presupuesto o, por bajar más al terreno de los concreto e inmediato, el diseño del tramo del metro hacia el Hospital Civil.

El llamamiento a la lealtad y al cumplimiento de este acuerdo fue constante, sin embargo, es mucho lo que queda por pulir. El pacto es sobre todo de mínimos, aunque no puede esconder que es un punto de partida para salvar la investidura y que deberá tener su desarrollo posterior en futuras reuniones.

Quizá el elemento más esperado, por la insistencia de Ciudadanos durante toda la campaña, era conocer cómo se reduciría la estructura municipal. Por lo pronto hay acuerdo para eliminar 17 puestos de confianza, que incluyen los 11 directores de distrito, que serán sustituidos por funcionarios, lo que supondrá un ahorro anual de algo menos de medio millón de euros. Además, también se unificarán en la misma gerencia el Teatro Cervantes y el Festival de Cine. Los asesores que tienen asignados los grupos pasarán a ser uno por cada grupo municipal, lo que supondrá reducir en dos los siete actuales y una nueva redistribución, ya que en la actualidad el PP tiene 4, el PSOE a 2 e IU, uno. Con el acuerdo, todos pasarían a tener uno, incluidos Málaga Ahora y Ciudadanos.

La segunda fase corresponderá a fusionar empresas y organismos municipales, prescindiendo de gerentes, y proponiendo una rebaja salarial que tenga el sueldo del alcalde como referencia, que es de 62.800 euros.

Economía e impuestos

La reactivación económica y la bajada de impuestos son otros dos aspectos que se han ganado el interés de ambas formaciones. Ciudadanos ha impuesto una mayor coordinación de los organismos implicados en este sector (Palacio de Ferias, Promálaga, IMFE, OMAU, oficinas para captar inversiones y para gestión de infraestructuras básicas, y nuevos centros de coworking). Esto supone crear una oficina que las agrupe y coordine la actividad, quizá unificando la estructura de gestión y prescindiendo de personal de libre designación.

La bajada de determinados impuestos -con un sentido social o de fomento de creación de empleo- y las bonificaciones en el IBI se incluyen en este acuerdo, que además muestra una coincidencia previa del PP y Ciudadanos en este aspecto.

Esa coincidencia previa se aprecia en otros puntos, como la creación de nuevas centralidades en los distritos, uso del taxi para los desplazamientos de empleados públicos y mejora de los accesos al PTA.

Ciudadanos, sin embargo, ha logrado que el PP asuma el compromiso de implantar propuestas propias como el bonobús anual con una tarifa plana y precio por viaje inferior al mensual; que los menores de 14 años viajen gratis si van acompañados y llevan un bonobús familiar o la implantación de la Málaga Pass.

De puntillas

El acuerdo consigue el objetivo principal del PP, que es asegurar la investidura de Francisco de la Torre y una estabilidad en el gobierno, con el compromiso de buscar un consenso permanente con Ciudadanos. Estos, por su parte, marcan el ritmo de reforma al PP dentro del Ayuntamiento.

Sin embargo, el acuerdo deja muchas de las grandes decisiones a reuniones posteriores, como la rebaja de sueldos, Limasa, el metro o urbanismo. En estos asuntos, entre otros, se pondrá a prueba la estabilidad del acuerdo. El portavoz de Ciudadanos, Juan Cassá, ya ha anunciado que no es un cheque en blanco y que apoyará iniciativas de cualquier partido «si son buenas para Málaga» y De la Torre adelanta que buscará el consenso con el resto.

Al alzaBlindaje para los próximos cuatro años

Francisco de la Torre consigue lo que quería, un acuerdo que asegure una estabilidad en el gobierno durante los cuatro años de mandato, estableciendo vías de colaboración y consenso con Ciudadanos para facilitar la gestión de la ciudad. A esto se le une el convencimiento de Ciudadanos de que el alcalde en funciones es la persona mejor preparada para asumir este puesto y el compromiso de que sea De la Torre el que lidere el Ayuntamiento los cuatro años. Un blindaje que le da mucha tranquilidad en su gestión.

A la bajaMuchos flecos por cerrar en los grandes temas

Si alguien espera un guión detallado de lo que va a ocurrir en los cuatro próximos años o qué posiciones se van a tomar en los grandes temas, que se desengañe. El acuerdo es más un protocolo de actuación a grandes rasgos que un programa detallado. Eso deja todavía mucho margen a la negociación y cierta incertidumbre sobre el futuro de temas cruciales para la ciudad. Incluso en el propio acuerdo no se cierran líneas de actuación que Ciudadanos marcaba como claves para un acuerdo, como la rebaja de los sueldos a los gerentes o la amortización de puestos.