Buenas tardes: enhorabuena a todos los miembros de esta nueva Corporación, por el honor de representar a los malagueños en este Ayuntamiento.

Autoridades, amigos y amigas que llenáis este Salón de Plenos, buenas tardes y gracias por acompañarnos en un momento histórico para nuestra ciudad.

Pero mis primeras palabras, señor de la Torre, para felicitarle por la investidura que acaba de obtener.

Hace pocos días cerrábamos un Pleno extraordinario de un mandato, el anterior, que ya fue juzgado por las urnas el pasado 24 de mayo. Con un claro veredicto: cambio. Y ya decía yo en los últimos plenos de la anterior Corporación que ésta nueva sería muy diferente a la anterior, tanto por quiénes estuviéramos como por el sitio en que estuviéramos. Sí sé que el bastón de mando sigue en las mismas manos, pero la situación política en este Pleno y en esta ciudad ha cambiado radicalmente. Primero por el hecho de que el partido de gobierno ha perdido la mayoría absoluta de este Pleno, y de los partidos que formábamos parte de la anterior Corporación, el Partido Socialista es el único que ha aumentado en votos.

Pero el cambio ha sido más profundo.Nuevas formaciones han entrado en el Pleno como muestra de una pluralidad de opciones políticas, que caracteriza este nuevo tiempo en el país. Y las formaciones que proponíamos a la ciudadanía un cambio después de 20 años del mismo gobierno del Partido Popular representamos el 63% de los votos de la Corporación. Así que sí, ha ganado el cambio. A la pérdida de la mayoría absoluta del partido gobernante y a la pluralidad de cinco nuevos grupos políticos en este Pleno, con amplísima mayoría por y para el cambio, se suma también el mandato subyacente de que, ante la pérdida de la mayoría absoluta, el diálogo entre partidos es ya imprescindible como el mejor instrumento de gobierno.

Hemos vivido unos días intensos de conversaciones entre grupos políticos, algo muy poco habitual en este Ayuntamiento, sobre todo, entre el alcalde y el resto de los grupos. De hecho, la regeneración política ha empezado mucho antes que la formación de este nuevo plenario, con un sano ejercicio de diálogo, de búsqueda de puntos en común, de acuerdos.

Desde el PSOE entendemos que ese diálogo podía ser interesado sólo para la investidura, sino que es obligado para este nuevo tiempo. Afortunadamente, la cultura del diálogo ha llegado a la Casona del Parque y amenaza, por suerte, para quedarse durante estos cuatro años. Y pese a que el Gobierno Local no cambie, ha cambiado inexorablemente la manera de hacer política. Les digo más, la estabilidad que se proclama como necesidad para cualquier gobierno en este tiempo es el diálogo. Si falta diálogo no habrá estabilidad. El diálogo es el único que nos dará estabilidad. El Partido Socialista aportará, practicará y exigirá diálogo a la vista de que un partido afronta en minoría la tarea de gobierno.

Ya sabíamos que se podía gobernar muy solos desde la mayoría absoluta. Ya sabemos ahora que se puede gobernar en minoría llegando a acuerdos de investidura o a puntuales acuerdos para salir del paso. Pero no caigamos en el error de pensar que eso responde, ni responsable ni seriamente, a lo que se nos pide en estos nuevos tiempos de pluralidad política. De la ronda de contactos que hemos mantenido todos los partidos políticos que estamos en esta nueva Corporación, unos por convicción y alguno que otro por obligación, concluyo que hay ganas de cambio y que hay ideas para el cambio. Y tenemos claro desde el Partido Socialista lo que ya tiene que dejar de ocurrir en este Ayuntamiento: despilfarro, desatención a los barrios, falta de libre concurrencia en la contratación, privatización constante del espacio y de la propiedad pública, desasistencia a las personas que lo necesitan.

Y ya sabemos también lo que debe ocurrir: participación, transparencia, inversiones reales donde vive la gente, una reforma profunda de nuestro Ayuntamiento. Esto es lo que tiene que ocurrir y, por lo tanto cambio, pero cambio a mejor, y cambios y reformas profundos, de calado, para responder a los problemas y a las expectativas de la gente, especialmente aquellos que sufren situación de mayor desigualdad, familias en situación de riesgo o extrema pobreza, los trabajadores sin sueldo o sin condiciones dignas, las mujeres. No acompañaremos los cambios eufemísticos ni cosméticos, ni nos conformaremos con apariencias banales de cambio para que en definitiva todo siga igual. Abrimos un nuevo mandato y como portavoz socialista les propongo un nuevo rumbo para esta ciudad. No puede seguir siendo el diseño de un sólo grupo político, que no atiende a opinión que no sea la suya, como hasta ahora. Demos voz a la sociedad malagueña, capacidad de decisión, corresponsabilidad en las decisiones, que se participe durante cuatro años y no sólo una vez cada cuatro años.

Los socialistas somos conscientes de nuestra responsabilidad como segunda fuerza más votadas, una doble responsabilidad, a la vez con la estabilidad institucional, y a la vez con la voluntad de cambio emanada de las urnas. Somos la fuerza más votada para el cambio y hemos hablado y seguiremos hablando con todos los grupos políticos, con las únicas fronteras de que los cambios sean reales, que la seguridad jurídica sea intocable frente a los intentos de actuar al borde de la ley o contra las leyes, y que los cambios sean factibles; y por supuesto, que ninguna reforma afecte y ni menoscabe los derechos sociales y laborales de ningún malagueño. La dignidad en la negociación con otros grupos y la dignidad a quienes van dirigidas nuestra políticas es la barrera infranqueable desde la cual nos atrincheraremos para dejar libre un amplio campo para acuerdos y nuevas decisiones. En esas coordenadas el Partido Socialista tendrá siempre la puerta abierta a cualquier propuesta por el bien de nuestra ciudad y de los malagueños. Convoco a ese cambio al resto de los grupos de la Corporación más plural de los últimos 20 años con la responsabilidad de saber que la alternativa pasa siempre por el Partido Socialista. En la labor de la alternativa política estaremos, en ella nos van a encontrar; una alternativa que conjugue control y seguimiento de un gobierno que ha dado muestras suficiente de cansancio evidente y de apoltronamiento de ideas y maneras.

Así, en este nuevo tiempo, es evidente que entre todos debemos dar un impulso a una ciudad en cuatro aspectos: generación de riqueza y empleo, nueva organización municipal, políticas sociales contra la desigualdad y buen gobierno. Y no tenemos tiempo que perder. Para eso convoco al resto de grupos para el cambio, que nos sentemos desde ya a establecer nuestra prioridades. Y pido a quien gobierna altura de miras, capacidad de diálogo, que no debe confundirse con dialogar mucho, sino con ceder en los asuntos en que cuatro de cinco grupos pueden ver las cosas de la misma manera. Y ante esto, que no caiga en gobernar a golpe de decreto o encerrado en la torre de su junta de gobierno más o menos compartida, eludiendo el pleno como espacio de acuerdo. El nuevo gobierno es el que se haga desde este pleno, y en estas mismas paredes, en este mismo salón de plenos y para este nuevo tiempo político, podemos encontrar las recetas, las mismas que en tiempos convulsos hizo con altura de miras y diálogo el primer alcalde democrático y socialista, Pedro Aparicio, que se enfrentó también a un nuevo tiempo con la primera Corporación democrática tras un demasiado largo periodo de ausencia de derechos y libertades. Después de 20 años, recojamos el testigo para abordar una nueva etapa plural, llena de desafíos y ávida de soluciones inteligentes y justas.

Muchas gracias