El Partido Popular malagueño ha aguantado finalmente la tormenta política que se ha cernido sobre la formación a nivel nacional pero también andaluz. Conserva la alcaldía de Málaga, la más importante ciudad de España que rigen los populares. Francisco de la Torre revalida por cuatro años aunque se vea obligado a diálogos y pactos continuos, especialmente con Ciudadanos, que apoyó su investidura. Además, y merced al acuerdo con la formación de Albert Rivera, cerrado este miércoles, también tendrá el control de la Diputación, que presidirá después de arduas negociaciones el propio presidente del PP provincial, Elías Bendodo.

Bendodo ya venía ejerciendo el cargo en el ente supramunicipal desde hace cuatro años. Los detalles del acuerdo se explicitarán este jueves en una rueda de prensa. El negociador con el Partido Popular por parte de la formación naranja ha sido el concejal por Málaga Gonzalo Sichar. Los populares, que han perdido Marbella, Torremolinos, Rincón y Benalmádena entre otras alcaldías emblemáticas, gobernarán sin embargo el más importante municipio de la provincia y la Diputación, instituciones desde las que tendrán amplio margen para trenzar sus políticas.

El PP de Málaga, en el contexto andaluz, queda reforzado, máxime si se tiene en cuenta que también la de Málaga es la Diputación más importante de España que gobiernan y que las alcaldías de Sevilla, Córdoba y Cádiz, entre otras, también han cambiado de color y han dejado de ser populares.

Fuentes del PP andaluz expresaron la satisfacción del presidente regional, Juan Manuel Moreno, por los resultados de las negociaciones en Málaga capital y la Diputación y destacados dirigentes confirman que Málaga se ha convertido en un auténtico fortín popular, con un poder institucional no equivalente a otro en prácticamente ninguna provincia.