Una fotografía de 1911 ha despejado una duda histórica que planeaba como una nube oscura sobre un servidor. De pequeño siempre había escuchado que el murallón que separa la primera estribación del cerro de la Alcazaba de la Aduana, el que desciende por la Travesía del Pintor Morales y se prolonga por la calle Guillén Sotelo, había sido construido por los presos políticos. Según estas fuentes de la infancia, había sido levantado como parte de las obras de urbanización de los Jardines de Puerta Oscura.

A pesar de otear en planos antiguos y documentación variada, la impericia de este firmante no le permitió confirmar ni desmentir esta leyenda de la infancia.... hasta hace unos días en el Ateneo de Málaga. Fue la prueba del algodón.

La foto, fechada como dijimos en 1911, no deja lugar a dudas. Un grupo de soldados, acompañado de sus monturas, aguarda para una jura de bandera. Al fondo se ve la Aduana y detrás, con unos veinte malagueños en todo lo alto, el murallón, sin las verjas oxidadas y descompuestas de nuestros días y que además luce una gigantesca publicidad de una tienda de tejidos en Puerta del Mar (La Francesa).

Queda claro que la muralla formó parte de las obras de desmonte de la Alcazaba, la operación que también desmanteló la hilera de edificios militares y regaló a la ciudad una explanada terriza donde antes se levantaba el antiguo puerto.

Esta foto, una pequeña lección de Historia de Málaga, es una de las 54 tomadas por el gerente de la Industria Malagueña de los Larios, Vicente Tolosa, y que se exponen hasta el 30 de junio en el Ateneo, acompañadas por la fastuosa colección de cámaras históricas del malagueño Vicente Arroyo.

La Opinión ya dedicó, no sólo el día de la inauguración sino en el otoño de 2013 un reportaje a Vicente Tolosa, el fotógrafo desconocido de Málaga que ha resultado ser uno de los mayores descubrimientos y ante todo, un verdadero artista.

Pero la ingente labor de este hombre, sus fotos maravillosas de barcos dignos de una novela, la actividad incesante en el puerto, la fábrica de los Larios o ese descampado inmenso en el que iba creciendo el Parque no habrían salido a la luz sin el trabajo vocacional del malagueño Gustavo Sánchez, su sobrino bisnieto.

Gustavo, que reside en Sevilla, ha sido el responsable de escanear y reparar con paciencia franciscana las cerca de 1.500 instantáneas realizadas por su antepasado entre 1904 y 1918, muchas de ellas fotos estereoscópicas en cristal pero también negativos en cristal, además de conservar en perfectas condiciones toda la obra original.

Una obra como esta, que ha dado a conocer en la página de internet http://fvt.gustavosanchez.es, merecería algún día convertirse en un libro del calibre de Málaga en el punto de mira, publicado las pasadas navidades, con los tesoros del Centro de Tecnología de la Imagen. Don Vicente Tolosa se lo merece. -La muestra, hasta el 30 de junio en el Ateneo-.