El Ayuntamiento de Casares indicó, tras conocer la noticia, que se ven «obligados» este verano a prescindir de este espacio. Además, destacaron «la gran responsabilidad» de los usuarios de la playa de la Sal, que «en todo momento han tenido un comportamiento cívico, retirando los excrementos de sus mascotas y utilizando las papeleras para mantener la zona en óptimas condiciones». Fuengirola, por su parte, está estudiando cómo afecta a su espacio habilitado como playa canina esta circular enviada por la Junta de Andalucía, informaron fuentes municipales a Europa Press.