Cuando el avión de Adelaida de la Calle aterrizó en Málaga en 1975, el taxista no sabía siquiera dónde estaba la facultad de Ciencias. «¿Eso es donde estudian los niños mayores?», preguntó. 40 años después, los malagueños reconocen a la rectora de la UMA hasta en el mercado de El Palo. En este tiempo, la Universidad se ha convertido en un referente para los ciudadanos, por haber formado a numerosos profesionales que ahora ocupan puestos de máxima responsabilidad en los más variados ámbitos, y por promover la interacción con el sector productivo. Y buena culpa de ello la ha tenido la nueva consejera de Educación de la Junta de Andalucía, tras casi doce años de rectora y otros tantos de vicerrectora. Ya que uno de sus primeros objetivos fue abrir la institución a la sociedad. Y buscar con tesón su internacionalización.

Malagueña por arraigo y elección, pero palentina de nacimiento, en los últimos años comandó la rebelión de los rectores contra el ministro José Ignacio Wert y sus políticas educativas, marcadas por la austeridad. Llámenle austeridad, llámenle recortes. Y los denunció con dureza, poniéndose al lado de las más débiles: de los estudiantes, los auténticos protagonistas de la Universidad y de cualquier proceso educativo. Se convirtió en una pesadilla para el ministro desde su cargo de presidenta de la CRUE, hasta que lo dejó hace un año.

No fue un periodo fácil. Durante estos cursos se ha encargado de describir un panorama negro para las universidades públicas. Los investigadores no investigaban porque no recibían recursos. Los profesores se van jubilando y ni siquiera se pueden contratar sustitutos, produciéndose la descapitalización de la docencia. Y los alumnos son expulsados del sistema porque no logran beca. En la CRUE su trabajo se multiplicó por dos. Y sus discursos combativos contra el Gobierno central... pero también el andaluz. Nunca tuvo reparos a la hora de reclamar a la Junta que pagara lo que debía, porque debía mucho.

Tras estos años de descripción apocalíptica, por culpa de los recortes, el mensaje de esta catedrática de Biología Celular se tiñó de optimismo. Reconocía que el escenario había cambiado, que se habían tomado decisiones políticas por parte de la Junta que venían a paliar la situación de indefensión en la que se encontraba ante la indiferencia mostrada por el ministro Wert a sus reclamaciones.

Y todo eso a pesar de que la Junta seguía debiendo dinero. «Confío en que Susana Díaz pague la deuda como ha prometido y en el plazo previsto», reconocía en una reciente entrevista publicada en La Opinión de Málaga con motivo del inicio del curso académico.

Su actuación en el caso Errejón le hizo saltar a la palestra nacional más aún que cuando era la rectora de rectores. Para alguien que ha luchado siempre por la educación, este nombramiento, sin duda, es un reto. Y así lo asume. «Estoy temblando», reconocía ayer. «La presidenta piensa que puedo hacer algo por la educación y lo haré con todas mis fuerzas. Siempre me entrego a tope», afirmó.

Ayer informó de su cese a los miembros del Consejo de Gobierno y envió una emotiva carta de despedida a los miembros de la comunidad universitaria Se va, cuando le quedaban pocos meses de mandato como rectora.

40 años en la UMA. Adelaida de la Calle, licenciada en Ciencias Biológicas en 1972 por la Universidad Complutense de Madrid y doctorada en 1975 por la Universidad de La Laguna, es catedrática de Biología Celular en la Universidad de Málaga desde el año 1999. En el campo de la investigación, dirige un grupo que estudia el sistema nervioso central en relación con la adicción a drogas. Sus trabajos han sido financiados por el Plan Nacional de Investigación de forma ininterrumpida desde el año 1984.

Ha colaborado de forma estrecha con instituciones científicas de primer nivel, como el Instituto Pasteur de París, el Instituto Karolinska de Estocolmo y el Instituto Cajal de Madrid, en relación con enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer y el párkinson. Sobre estos temas ha dirigido numerosísimas tesis doctorales y ha publicado decenas de trabajos en revistas académicas de impacto internacional, así como monografías y capítulos de libros.

En la UMA, ha ejercido, entre otros cargos académicos, el de vicedecana de la Facultad de Ciencias y el de vicerrectora de Investigación entre 1994 y 2003, año en el que presentó su dimisión para optar al cargo de rectora, que ocupa desde 2004. Entre 2008 y 2011 presidió la Asociación de Universidades Públicas de Andalucía (AUPA). y entre 2011 y 2013 fue presidenta de la CRUE. Como rectora, impulsó junto a la Universidad de Sevilla el Campus de Excelencia Internacional Andalucía Tech.

En 2010 recibió la Medalla de Oro de la Universidad de Sevilla. En 2012 recibió la Medalla de Andalucía. Y en 2013, con motivo del 40 aniversario de la UMA, fue la abanderada de la Feria. Hoy tomará posesión de su cargo como consejera de Educación de la Junta de Andalucía.