El volumen de préstamos al sector privado continúa su tendencia a la baja y ha marcado nuevos mínimos en Málaga desde que empezó la crisis económica, a pesar de que las entidades financieras y algunos segmentos empresariales anuncien que ya empieza a percibirse una mayor disposición de los bancos para dar crédito y en condiciones más flexibles. A cierre del primer trimestre de 2015, el crédito vivo que manejan las familias y las empresas de Málaga se redujo un 4,5% (más de 1.500 millones de euros ) en relación al mismo periodo del ejercicio anterior, dejando el total en 32.899 millones. La cifra es la más baja registrada en la provincia desde 2005 y se sitúa un 30,8% por debajo de los máximos de mitad de 2008. Por aquel entonces, y en plena efervescencia consumista y de actividad inmobiliaria, el sector privado malagueño firmó un récord de casi 47.500 millones, el doble que apenas cuatro años antes.

El presidente de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM) y de Andalucía (CEA), Javier González de Lara, manifestó ayer tras conocer los datos y la tendencia que el descenso obedece a que siguen siendo mucho más los créditos que van siendo amortizados que los que se suscriben. Además, las entidades financieras prestan ahora mismo, por lo general, cuantías bastante inferiores a las que se concedían hace unos años.

La banca alega, por su parte, que la bajada se circunscribe en un proceso general de «desapalancamiento» de la economía española reclamado en su momento por la Unión Europea, dado el elevado nivel de endeudamiento que tenía el sector privado. También recuerdan que el sensible descenso del volumen de créditos respecto a las estadísticas de 2008 está además condicionado por la gran cantidad de préstamos promotores que en su momento los bancos pasaron a la Sareb (el conocido como «banco malo»), lo que haría que la comparación no sea estrictamente homologable

En todo caso, los empresarios sostienen desde hace unos meses que el canal del crédito comienza a fluir de nuevo, aunque todavía de forma muy limitada y selectiva. De momento, el perfil de empresas que más fácil lo tiene son aquellas de mediano y gran tamaño, con planes de internacionalización, y de sectores específicos como el agroalimentario o las nuevas tecnologías. Por contra, las pequeñas y medianas empresas (pymes), muchos emprendedores y segmentos como el inmobiliario y el de la construcción (pese a su ligero repunte), lo siguen teniendo más complicado para acceder al crédito. También es más fácil, a juicio de la CEM, la financiación de nuevas actividades que las reestructuraciones de pasivo y las operaciones de financiación a medio y largo plazo.

Lo que sí mejora, según recordó González de Lara, son las condiciones en cuanto a tipos de interés. Si hace tres años los bancos no bajaban de un diferencial de entre el 7% y el 8% sobre el Euríbor, ahora es posible encontrarlos a la mitad.

Por su parte, el Colegio de Economistas de Málaga ya diagnóstico hace unas semanas en su último barómetro de coyuntura que el crédito bancario al sector privado sigue sin fluir a niveles adecuados, lo que constituye una «piedra en el camino» de la recuperación.

Según el decano del Colegio, Juan Carlos Robles, la resistencia de los bancos a reabrir el grifo y a reducir tanto el interés de los préstamos como las exigencias de avales a los solicitantes es el único condicionante que resta para volver a confirmar la senda de la reactivación económica.