­Málaga se convirtió ayer en la primera visita de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, tras su investidura, igual que ocurrió en 2012 y volviendo a demostrar la peculiar sintonía existente con el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre. Esta visita sirvió para poner orden a la relación, frecuentemente tormentosa, entre el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía. Vivienda, política social, depuración de agua y el metro de Málaga constituyeron el grueso de los temas que se abordaron. De hecho, De la Torre le entregó tres cartas a Susana Díaz en las que recogía las principales peticiones municipales, resumidas en dieciséis medidas, incluidas la cesión de competencias y presupuesto.

Si hubo una estrella en el encuentro de ayer fue la política antidesahucio. La sintonía entre Susana Díaz y Francisco de la Torre encontró aquí muchos puntos en común en los que trabajar. Parece que hay coincidencia en la necesidad de coordinar las oficinas de mediación que tiene cada una de las administraciones y que en poco más de un año han atendido 2.200 casos. Ambos acordaron redactar y firmar un protocolo que permita la colaboración técnica de ambos organismos, con idea de potenciar su labor de atención y mediación entre las familias y los bancos, además de plantear a la Diputación Provincial que se sume a este esfuerzo.

Susana Díaz, además, dio un paso más y planteó la colaboración económica del Ayuntamiento «en la medida de sus posibilidades» para la adquisición de viviendas sobre las que pesa una ejecución hipotecaria para que luego se puedan ofrecer con alquileres sociales. No obstante, la presidenta andaluza subrayó que primero se buscará la implicación económica de las entidades financieras, para que «asuman su responsabilidad social». En estos puntos, Díaz encontró el apoyo de Francisco de la Torre, quien insistió además en la disposición municipal de colaborar económicamente en la compra de viviendas.

«Ese es el camino, todos en una lucha que tiene que ser común y sobre todo efectiva», afirmó Susana Díaz, quien insistió en que estas medidas no se adoptan por una cuestión de imagen «sino el resultado». «Todas las administraciones tenemos que poner los recursos, las viviendas y los servicios sociales comunitarios para dar una respuesta colectiva a un problema que es un drama para muchas familias», aseguró la presidenta andaluza, quien insistió en que un desahucio no significa perder unas habitaciones sino «perder la dignidad».

Sobre el resto de temas de vivienda, Susana Díaz puso el énfasis en la necesidad de luchar contra la infravivienda (Asperones y La Corta) en los próximos cuatro años; el impulso a la rehabilitación, «necesaria y que genera mucho empleo»; y en disponer de un parque público de viviendas adecuado a la demanda.

El alcalde de Málaga se mostró muy interesado en la búsquedas de soluciones para Los Asperones y La Corta, y en la necesidad de encontrar una solución definitiva para el fallido proyecto de las tecnocasas, en el que se han invertido 10,2 millones de euros en la compra de solares que están parados y todavía se deben otros 7,6 millones a los propietarios.

Estos temas se abordarán en una próxima reunión técnica con la Consejería de Fomento y Vivienda, donde también se abordará el proyecto del metro y la necesidad de cumplir los plazos acordados.

El proyecto del metro de Málaga estuvo presente en la reunión entre Susana Díaz y Francisco de la Torre. Era inevitable. Las dudas lanzadas por el alcalde durante la campaña electoral, planteando la ruptura del acuerdo de noviembre de 2013 y proponiendo soterrar el tramo hasta el Hospital Civil, habían introducido una cierta incertidumbre sobre el cumplimiento de los plazos y presupuestos.

A tenor de lo escuchado, parece que las aguas vuelven a su cauce, con el compromiso del alcalde de defender el tramo en superficie y reconociendo que la opción del tranvía es «más económica y también tiene su utilidad». «Nos esforzaremos para conseguir el consenso y la participación vecinal del distrito de Bailén-Miraflores porque así está escrito», insistió De la Torre, que retira la posibilidad de una confrontación que podría disparar el coste del proyecto y retrasar su inauguración mucho más allá de finales de 2017, que es cuando está previsto.

Susana Díaz reconoció que hay «dudas» entre algunos colectivos vecinales por el recorrido en superficie hasta el Hospital Civil, aunque recalcó que es necesario «sentarse con ellos y explicarles las bondades del proyecto y cómo van a salir ganando la ciudad y sus barrios». «En ese esfuerzo de diálogo vamos a estar de la mano» con el Ayuntamiento, afirmó.

La reunión celebrada ayer también abordó la larga lista de proyectos pendientes de saneamiento, depuración y prevención de inundaciones. De la Torre aprovechó para plantear la necesidad de ampliar el puente de la N-340 con más capacidad de desagüe, aprovechando los fondos europeos. Además, se acordó una reunión técnica para cerrar el proyecto de la estación depuradora de aguas residuales (EDAR) de Málaga-Norte, que sólo depende de «una pequeña diferencia» sobre la capacidad que debe tener. De la Torre también reclamó una mejora de los emisarios submarinos.