­Haciendo plasmar su figura camaleónica dentro del organigrama socialista en la provincia, recién llegado del primer pleno celebrado en el nuevo mandato en el Ayuntamiento de Málaga, Francisco Conejo, esta vez en función de Secretario de Política Institucional del PSOE, compareció ante los medios para avanzar los puntos de vista de su partido sobre temas de diversa índole.

Con un modelo preparado para blindarse ante futuras intromisiones del Gobierno central en materia de sanidad, Conejo hizo ayer un llamamiento a todos los grupos con representación parlamentaria para respaldar la futura ley sanitaria que se está gestando en el seno de la Junta y que fue destacada por Conejo como una «norma pionera» a nivel nacional.

Según quiso dejar claro en rueda de prensa, la iniciativa, que en estos momentos está todavía en fase de anteproyecto de ley, pretende garantizar la asistencia universal y gratuita a todos los andaluces y evitar, en todo momento, el establecimiento de un sistema de copago para las prestaciones de la cartera complementaria de servicios en el ámbito de competencias autonómicas. De acuerdo con Conejo, el anteproyecto parte con la clara vocación de ser una respuesta a los severos planes de ajuste promovidos por el Gobierno de España que, según dijo, estarían resquebrajando el sistema sanitario público y poniendo en peligro la asistencia sanitaria universal. Como contrapunto al afán privatizador del equipo de gobierno de Mariano Rajoy, destacó la labor de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, y su iniciativa por «demostrar que la sanidad pública es sostenible y eficiente».

La futura ley, proyectada para obtener el máximo consenso posible, apuesta por los ejes de sostenibilidad económica, medioambiental, social y del conocimiento. Con la inversión mínima del 6,5% del PIB andaluz garantizada, la nueva normativa avanzará igualmente en medidas ya implantadas como la cirugía ambulatoria, la segunda opinión médica, la libre elección de médico, la prescripción por principio activo o el uso racional de los medicamentos. Haciendo, de nuevo, referencia a lo que considera un «paso valiente y decidido» del Gobierno andaluz, apeló al resto de las formaciones políticas a participar activamente en el proceso de tramitación para «enriquecer» una ley de la que espera un «amplio consenso».

Como si las enemistades entre Sevilla y Málaga hubieran existido tan solo en el imaginario colectivo, apelando a la necesidad de crear un binomio lo suficientemente poderoso para convertirse en el motor que tire de la economía andaluza, Conejo también analizó una de las iniciativas que será, a todas luces, de las más ambiciosas dentro de la futura legislatura: la creación de un eje entre las dos capitales de provincia más importantes de Andalucía a nivel empresarial. «Son las ciudades más importantes y queremos avanzar de manera notable para generar mejores oportunidades no sólo de estas dos provincias, sino de toda Andalucía», señaló Conejo sobre la futura línea de trabajo que se debe emprender para sacar todo el potencial que brindan ambas ciudades.

Como ejemplo de reciente éxito, tiró del proyecto Andalucía Tech, que está siendo operado de forma conjunta por las universidades de Málaga y Sevilla. Con el horizonte puesto en la reactivación económica de una región, todavía anclada en las consecuencias de la crisis económica, Conejo abogó por «sacar lo mejor de cada ciudad dejando atrás los localismos». Sin un modelo de cooperación concreto aún, afirmó que los primeros contactos entre representantes de ambas ciudades, tales como la iniciativa ciudadana Civi Sur, que promueve las relaciones entre Málaga y Sevilla, están llamados a despejar el futuro. Así, representantes de esta iniciativa ya se han reunido con el alcalde de la capital hispalense, Juan Espadas, con la presidenta de la Junta, Susana Díaz, y con el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre.

Preguntado por la creación de una comisión de investigación sobre las ayudas a los cursos de formación, Conejo consideró esto como un esfuerzo «innecesario».