Por fin. A cada frase que pronuncia Juan Cassá, al líder de Ciudadanos en Málaga, le acompaña un leve balanceo de triunfo. Ahora, con un escaño en el Ayuntamiento de Málaga ha visto cumplido un sueño. En noviembre del año pasado, cuando empezó a perfilar su hazaña por irrumpir en la política municipal, este asturiano afincado en la Cala del Moral ya avisó de que venía para quedarse. Los comicios municipales del 24 de mayo no han sido las primeras elecciones a las que se ha presentado Juan Cassá. Ya venía de vuelta. Concretamente de sufrir un batacazo en las elecciones europeas donde pasó sin pena ni gloria. Con apenas 6.000 votos en su haber. Un año más tarde, la situación ha cambiado radicalmente. Ciudadanos se ha convertido en la piedra angular en la provincia y ha servido para apuntalar los gobiernos populares, tanto en el Ayuntamiento de Málaga como en la Diputación. Detrás de la característica coleta de Juan Cassá ya no se esconde un rostro desconocido. Si de algo han servido las negociaciones para alcanzar los respectivos pactos de investidura, más allá de brindarle el poder institucional al PP, ha sido también para ponerle rostro a las figuras que conforman el núcleo duro de Ciudadanos en la capital. A esos que prefieren moverse en la segunda línea, lejos de la atención mediática que tanto le gusta a su líder. Aunque la formación haya incrementado sus afiliados de manera vertiginosa, la toma de decisiones está en manos de un grupo reservado de personas que manejan los hilos en Málaga.

Por primera vez en la historia de la democracia, el ascenso de los nuevos partidos ha hecho que los partidos tradicionales se enfrenten a un escenario político en el que se han visto obligados a negociar para hacerse con las diversas alcaldías. Con especial atención para, precisamente, la formación naranja que ha aumentado su influencia gracias al tirón de su líder a nivel nacional, Albert Rivera. Ciudadanos fue la pieza seleccionada por las urnas para tener la llave de gobierno tanto en el Ayuntamiento de Málaga y en la Diputación. Dos plazas de vital importancia, pero que presentaron una gran incógnita ante la aparente equidistancia programada en la que se movía Ciudadanos en los primeros días post 24-M.

Detrás de la ya característica coleta de Juan Cassá, el líder de Ciudadanos de Málaga, susurra todo el mundo con la mano tapándose la boca sobre quiénes son los verdaderos cabecillas en el partido de Málaga. Es un secreto a voces que las cabezas pensantes detrás de la formación malagueña, además del propio Cassá, se reparten entre las figuras de Gonzalo Sichar, Carlos Prieto y Guillermo Díaz. Todos ellos involucrados de alguna manera en las negociaciones por el Ayuntamiento de Málaga y la institución provincial.

Quitando a Cassá, a todos les une un bagaje profesional de reconocida trayectoria. Sichar ha sido profesor asociado de Antropología en la Universidad Autónoma de Madrid. Carlos Prieto, hijo de un magistrado de lo Penal de Málaga ya retirado, es un abogado apenas conocido que se ha mantenido siempre en segunda línea, pero que ha sido un fijo en los pasillos del Ayuntamiento. Presente en todas las negociaciones, cumple con el perfil de técnico. Guillermo Díaz fue el encargado de expandir Ciudadanos en Málaga, cuando todavía era conocida como Movimiento Ciudadano. Salvando a Prieto todos han militado anteriormente en política.

Juan cassá. Número uno de C’s en MálagaEl líder en Málaga

Ya formó parte del Consejo de Dirección de Sociedad Civil y Democracia (SCD) Partido ya extinguido que fue fundado por Mario Conde, exbanquero condenado por varios delitos económicos. Asegura haber desarrollado su actividad profesional previa en el sector del marketing online. Con especial atención al sector turístico. Habría ejercido, también, como director de hotel en Costa Rica, aunque nunca ha especificado con exactitud su currículum profesional. Su perfil en Linkedln fue eliminado.

Gonzalo Sichar. Número dos de C’s en MálagaLa persona inteligente

Elías Bendodo afirma que se trata de una persona «muy inteligente y con vocación de servicio público». Ha sido profesor asociado de Antropología en la Universidad Autónoma de Madrid. Empezó a dar sus primeros pasos en UPyD, formación de la que fue candidato al Senado en 2011 y de la que salió criticando su servilismo y la negativa a confluir, precisamente, con Ciudadanos. Aunque su editorial, Última Línea, haya publicado libros sobre Adolf Hitler e Ynestrillas, es considerado de izquierdas entre los suyos.

Carlos Prieto. AbogadoEl técnico en Ciudadanos

No ocupa ningún cargo orgánico dentro del partido. Ni tan siquiera milita en Ciudadanos y es el menos conocido de todos. Aun así, ha sido pieza fundamental en todas las negociaciones. De su cabeza han salido las directrices para recortar el organigrama municipal. Es abogado. Será una pieza fundamental para renegociar el nuevo contrato con Limasa, al que considera «leonino» bajo sus actuales condiciones. Considera, sin embargo, que el «talento hay que pagarlo» de manera adecuada.

Guillermo Díaz. AbogadoCandidato al Congreso

Reconoce que quiere presentarse a las primarias para el Congreso. Fue uno de los primeros en promover el movimiento ciudadano en Málaga. Militó en las Nuevas Generaciones del PP, aunque admite encontrarse ya lejos de sus postulados. A sus 37 años se ha convertido en pieza fundamental para la agrupación en la capital. Llegó a Ciudadanos por su cercanía a Arcadi Espada. Su perfil, a priori, es el más progresista dentro de la formación naranja. Ve con buenos ojos la irrupción de Podemos en la política.