En el temprano nacimiento del aeropuerto de Málaga (entonces aeródromo del Rompedizo), el primer campo de golf de Málaga o el entonces Instituto Municipal de Sordomudos y Ciegos encontramos la influencia decisiva del Club Rotario de Málaga en su primera etapa, la de los años 1927 a 1936. El investigador Juan Temboury, el luego ministro Carlos Rein o el potentado Juan Jiménez-Lopera estaban entre los primeros rotarios malagueños. La dictadura de Franco acabó con la entidad y provocó que muchos de sus miembros trataran de olvidar un pasado asociacionista que les comprometía.

Estos primeros rotarios, como recuerda el historiador y académico de San Telmo Elías de Mateo en su libro Los rotarios en Málaga, se reunían en el hotel Regina de Puerta del Mar, hoy el edificio Edipsa. En 2010, el renacido Club Rotario de Málaga elige el nuevo Hotel Vincci Posada del Patio como su sede social y a partir de mañana, 1 de julio, inicio del año rotario, comienza su andadura un nuevo presidente, Cayetano Benzo de Aresti, antiguo responsable de las relaciones externas de la EMT.

«Aquí el que quiera perpetuarse lo tiene difícil. La rueda de nuestro logo es la rueda rotaria, de rotar, por eso nuestros cargos duran un año», explica.

El Club Rotario de Málaga, como los 32.000 que hay por el mundo, nace de la reunión de cuatro amigos de Chicago en 1905, cada uno de una profesión distinta, que quisieron hacer todo lo posible por mejorar el mundo.

«Nosotros somos sociedad civil en estado puro, nuestro objetivo es repartir nuestro tiempo y esfuerzo para hacer cosas por la sociedad. Somos profesionales libres de cualquier atadura religiosa, política... o futbolística», bromea el nuevo presidente.

Madrileño pero residente en Málaga desde hace más de 30 años, ya entonces Cayetano Benzo ingresó en el Club Rotario de Benalmádena-Torremolinos. «Las reuniones se hacían en el Castillo de Santa Clara, que no debió desaparecer nunca. A mí me llenó plenamente, era una época fantástica y había grandes profesionales», recuerda.

Una de las premisas de los rotarios es limitar, aunque con flexibilidad, el número de representantes de los distintos oficios y profesiones. «Ahora mismo somos 20 socios y profesiones 17. Tenemos arquitectos, abogados, economistas, bancarios, periodistas, informáticos, empresarios de la construcción y del comercio... Se tiende a que halla diversidad, a que no haya 40 médicos o cinco abogados, pero si vales, tienes interés y nos convences a los miembros del club, eres bienvenido», explica el presidente.

Las reuniones se celebran todos los miércoles a partir de las 3 de la tarde en el Hotel Posada del Patio. Los socios pagan 100 euros al mes que se destinan a la marcha del club y a los diferentes proyectos que realizan, «también a nivel internacional como enviar máquinas de coser o potabilizadoras al centro de África o la erradicación de la polio», cuenta el presidente, a la vez que recuerda la importante ayuda (cientos de millones) de Bill Gates para combatir la polio.

A nivel local,el Club Rotario de Málaga, que organiza eventos como cenas y conferencias para recaudar dinero, ha costeado en un barrio de la capital las cocinas industriales de una casa de acogida que alimentan a entre 150 y 200 personas. Los rotarios, señala Cayetano Benzo, no tienen nada que ver con la masonería ni tampoco son clasistas. «Somos gente con inquietudes. Estamos en un club de servicio con la idea de servir a los demás». Sueños convertidos en alcanzables metas.