Elías Bendodo se aseguró ayer cuatro años más de gobierno al frente de la Diputación Provincial en un pleno que transcurrió sin sorpresas y en el que se cumplió el acuerdo de investidura alcanzado con Ciudadanos. Los votos de Gonzalo Sichar y María Teresa Pardo dieron la mayoría necesaria a Bendodo para ser investido presidente. Una victoria que le asegura completar un segundo mandato, pero que también puso de manifiesto el comienzo de una etapa que va a estar marcada por el diálogo entre todos los grupos políticos y la necesidad de llegar a pactos para sacar adelante la gestión diaria.

El propio presidente de la Diputación, tras ser investido en el cargo, insistió en una idea: «Gobernar es pactar». Alrededor de este concepto giró su discurso, donde puso de manifiesto su disposición a escuchar a todos los partidos, no sólo a Ciudadanos con el que mantiene el acuerdo de investidura. «Habrá propuestas que sean mejores que las nuestras y las incorporaremos a nuestra gestión diaria», insistió Bendodo, quien abogó por acuerdos a medio y largo plazo para que los proyectos no queden «sometidos a ecuaciones ni vaivenes políticos».

Diálogo, pacto, consenso, cooperación, gobierno de todos, colaboración... son conceptos que abrieron y cerraron el discurso de Elías Bendodo, que hizo especial hincapié en la idea de buscar el acuerdo entre todos los partidos, más allá incluso de que el pacto sea con Ciudadanos. Aquí aprovechó para invocar el llamado «espíritu del Caminito del Rey» como ejemplo de la cultura del pacto que comenzó en el anterior mandato.

El reelegido presidente de la Diputación quiso reivindicar además los cuatro años de gobierno del PP al frente de esta institución, insistiendo en que no hay un cambio de orientación en el gobierno, sino una continuidad: «La Diputación no va a empezar a cambiar porque lleva cuatro años en continuo cambio». Quiso destacar así que han logrado reducir la deuda en dos tercios y aplicar un «cambio radical en la tendencia de la institución», convirtiéndose ahora «en un instrumento útil para la recuperación de la provincia».

En esta línea, Bendodo recalcó que asumen las líneas básicas del acuerdo de investidura con Ciudadanos, como es la reducción del personal eventual a menos de la mitad, reducir el sueldo del personal directivo, fusionar áreas para ahorrar recursos, eliminar la deuda y mejorar en la transparencia. En este sentido, reconoce que «nos han quedado cosas por hacer y otras que podríamos haber hecho mejor».

Líneas de gobierno. Crear empleo y potenciar a las empresas son dos de los grandes objetivos que se plantea Elías Bendodo para estos cuatro años al frente de la Diputación, anunciando la puesta en marcha de Planes de Empleo Anuales centrados en el turismo, el sector agroalimentario y los servicios, que son los tres pilares sobre los que quiere asentar la política económica.

El presidente de la Diputación recalcó la necesidad de apoyar la creación de una industria turística de importancia, fomentando la promoción y divulgación. Por otro lado insiste en el apoyo de la industria agroalimentaria y de manufactura de Málaga, ayudando a su comercialización y crecimiento.

Como actuaciones concretas, apuesta por potenciar la escuela de hostelería creada por la Diputación, terminar la senda litoral, potenciar un sistema de becas laborales y poner en marcha una campaña de reforestación, así como resolver el tradicional déficit de recursos hídricos de la provincia, en especial en la costa.

Bendodo tuvo ayer un discurso integrador con la oposición, ante un público que estaba compuesto por representantes de los diversos estamentos de la ciudad (empresarios, sindicatos, partidos, autoridades militares, peñas y cofradías, entre otros). Sin embargo, el gran espaldarazo a Elías Bendodo se lo dio la presencia de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que estuvo toda la mañana en Málaga para asistir al pleno de investidura de una de las diputaciones más importantes que gobierna el PP.

La propia Sáenz de Santamaría destacó que las políticas «de Elías Bendodo y Francisco de la Torre se han demostrado eficaces y efectivas en Málaga. Para nosotros son un referente porque han conseguido darle la vuelta a muchas de las dificultades que hemos vivido en esta crisis».

Vigilancia y diálogo. Uno de los discursos más esperados era el del portavoz de Ciudadanos, Gonzalo Sichar, ya que sus votos han sido claves para la reelección de Bendodo. Su propuesta se resume en una invitación al diálogo franco y constructivo entre todos los grupos, dejando la puerta abierta a que todos cedan en algo ante propuestas positivas que beneficien a la provincia.

El portavoz de Ciudadanos invitó a todos a superar la visión partidista y mirar más allá. Además, dio un pequeño toque al PP, recordándole que el pacto no es un cheque en blanco y que estarán vigilantes para asegurar el cumplimiento de lo pactado. Es más, afirmó que el acuerdo «incluye propuestas del PSOE que nos parecieron positivas», poniendo el acento en la transversalidad de la nueva forma de hacer política, donde el contenido de un acuerdo sea más importante que el partido que lo proponga.

Gonzalo Sichar también planteó la necesidad de conseguir un mejor reparto de las inversiones, aplicando «criterios objetivos y evaluables», que no se fijen en el color político del ayuntamiento.

Este camino fue secundado por el portavoz del PSOE, Francisco Conejo, dispuesto a hablar con todos para buscar la transformación de la institución y de la provincia, pero sin olvidar a los municipios pequeños. Curiosamente, coincidió con Bendodo en la necesidad de apoyar a la industria agroalimentaria de la provincia y al turismo, aunque también reclamó un Plan de Construcción Sostenible en colaboración con la Junta y mejorar las carreteras de la provincia.

De cara al futuro, el portavoz del PSOE se mostró dispuesto a escuchar cualquier propuesta «que sea por el bien de la provincia», venga de donde venga y siempre que cumpla con el rechazo a la discrecionalidad en el reparto de ayudas e inversiones, promueva la eliminación o fusión de municipios y el desmontaje del estado del bienestar. «Seremos más alternativa de gobierno que oposición fiscalizadora», insistió Conejo.

El portavoz de IU, Guzmán Ahumada, enumeró una decena de puntos que resumen su programa político para la Diputación y que buscan atender las necesidades de la ciudadanía, que está «pidiendo: pan, trabajo, techo y dignidad». Para ello, propuso una Oficina de Agricultura y Ganadería; un plan de vivienda, un fondo de emergencia social y continuar con los centros de atención especializada, además de defender una institución «transparente».

La diputada de Málaga Ahora, Rosa Galindo, reclamó que la institución «vuelva a sus raíces» para «ponerla al servicio de las personas, no de intereses partidistas o redes clientelares». «Que la Diputación se abra, redefina sus funciones, sea por fin útil y atienda a los municipios que más lo necesitan», instó.

La portavoz del PP, Francisca Caracuel, ofreció «diálogo, colaboración y lealtad» y defendió la vigencia de la entidad, al asegurar a los nuevos partidos que verán que la Diputación es «imprescindible» y «útil porque mejora la vida de las personas», garantizando la igualdad de oportunidades.