­La Asociación de Vecinos de Pedregalejo sigue en su incesante lucha por reformar el terreno público correspondiente a los Baños del Carmen, una batalla que se remonta a más de 37 años pero que la inoperancia de las administraciones públicas ha lastrado y provocado que este lugar se suma en el más intenso olvido.

En noviembre de 2014 se celebró una reunión que congregó a vecinos de la zona y a los nuevos concesionarios, el exconcejal Damián Caneda y sus socios, para que explicaran sus planes respecto a como pensaban operar en la zona. Al final, se llegó al acuerdo de que solo explotarían el restaurante y la terraza y que el resto correspondía a la ciudadanía al ser considerado como parque.

El principal hándicap estriba en que la Junta de Andalucía no reconoce dicha concesión, pues se encuentra al margen de la legalidad al transmitirse acciones del antiguo concesionario, correspondiente a Vera y Acha, al nuevo, sin informar previamente al organismo público: «Los que están actualmente en los restaurantes del Baño del Carmen son unos okupas porque no tienen ningún permiso legal para estar allí», sentencia Mercedes Pires, presidenta de la Asociación de Vecinos del Palo.

En los últimos días, se hablaba de que Caneda quería ampliar su dominio dentro de los Baños del Carmen, algo que éste desmiente categóricamente: «Nosotros queremos dar lo que es parque y jardín y quedarnos con el restaurante y la terraza, no sé de donde ha podido salir esa idea».

Sin embargo, miembros de la Asociación de Vecinos de Pedregalejo como Adolfo García se muestran incrédulos ante las declaraciones: «Están interesados en más cosas, se creen que nos hemos caído de un eucalipto».

Entretanto, los largos trámites administrativos de la justicia para que la Junta de Andalucía desestime la concesión de Damián Caneda desembocarán en un prologando tiempo de explotación por parte del mismo, en el restaurante y la terraza, mientras que la situación seguirá idéntica para el conjunto de vecinos: «Con los trámites legales estarán aquí 2 o 3 años más haciendo su negocio y el resto del arreglo del parque da igual, porque parece que solo ganan unos pocos en este país», defiende Pires.

La suciedad y la podredumbre se manifiestan en la zona pública, con multitud de botellas y basura en cada rincón, por parte de personas que ven en este un lugar ideal para ejercer su ocio nocturno.

Además, una demarcación correspondiente a la parte comunitaria se utiliza como aparcamiento, lo que se encuentra terminantemente prohibido por ley. Sin embargo, los vecinos lamentan que los organismos públicos se hayan empeñado en no escucharles y no precisamente por falta de denuncias: «Llevamos defendiendo este espacio desde hace mucho y se han producido muchas sentencias por la utilidad pública de los terrenos» añade Lorena Garzarán, arquitecta de la plataforma vecinal.

Los puntos sobre los que gira la actividad de la Asociación se encuentran agrupados en las siguientes acciones: rehabilitación de los antiguos jardines, mantener la roqueda marinera de las dos playas existentes, creación de un paseo por debajo que una este espacio con Pedregalejo, instalaciones deportivas descubiertas, rehabilitación de toda la entrada y conservación de la arbolada existente, incluyendo la especie endémica limonium malacitanum.

Unas medidas que en palabras de Adolfo García no supondrían el fin del mundo: «Solo pedimos cosas mínimas. No estamos pidiendo que se gasten los Presupuestos Generales del Estado, únicamente que se ponga esto en orden».