­El extraño caso de Juan Cassá. Podría tratarse de un título apropiado para analizar la corta trayectoria política del portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Málaga. En este escaso tiempo, desde que se celebrara el pleno de investidura en mayo hasta el primer pleno ordinario del pasado jueves, la formación naranja se ha erigido como un elemento imprevisible para el equipo de gobierno popular con Francisco de la Torre al frente.

Después de semanas de intensa negociación, la investidura de De la Torre con los votos de Ciudadanos dio paso a las muestras de cariño mutuas. Cuando todo invitaba a pensar que De la Torre y Cassá iban a ir de la mano, la postura adoptada por la formación naranja en el pasado reciente ha sido la de alinearse con el resto de formaciones para hacer frente a varios proyectos municipales que el PP consideraba de suma importancia y que estaban pendiente de pasar por el fallo del pleno. «No vamos a ser la muletilla del PP» ha insistido Juan Cassá en numerosas ocasiones y, a falta de saber si las últimas decisiones tomadas por Ciudadanos no responden a cierto tacticismo para desquitarse de posibles estigmas, de pronto han servido para tumbar proyectos como el Polo Digital en Tabacalera, el hotel de Moneo o la urbanización de los terrenos de La Térmica. Juan Cassá también se ha mostrado muy crítico con la gestión de Limasa y ha utilizado el monte Gibralfaro para llegar a la conclusión de que De la Torre es «experto en pegarle patadas a la lata».

Tirando de una línea temporal, las primeras palabras críticas llegaron a raíz del metro. Con el alcalde instalado en su habitual riña con la Junta de Andalucía, Cassá instó a De la Torre a autorizar los desvíos de tráfico previos al inicio de las obras que permitan al metro llegar a la Alameda Principal y «demostrar lealtad institucional por el bien de los malagueños». Un mal menor si se compara con el duro revés que ha supuesto la negativa a uno de los proyectos bandera del PP: la construcción del hotel de Moneo en Hoyo de Esparteros. El pasado 15 de julio, la Comisión de Urbanismo acordó la conservación y el mantenimiento de la antigua pensión La Mundial, cuyo derribo iba dar lugar a los terrenos para construir le hotel. La moción, presentada por IU salió adelante gracias a los votos de toda la oposición. Así, Ciudadanos revirtió por primera vez un acuerdo del equipo de gobierno.

No al Polo Digital en Tabacalera

Ante la falta de un socio privado dispuesto a respaldar el Polo Nacional de Contenidos, Cassá se negó a apoyar el proyecto que el PP había proyectado para la Tabacalera. Sin el voto favorable de Ciudadanos y con toda la oposición en contra, El Polo Nacional de Contenidos Digitales, que contaba fondos Feder y el apoyo del Ministerio de Industria, también pasó a engrosar la lista de los proyectos fracasados. Cassá apeló al alcalde a buscar otro modelo de gestión estuviera concebido como una iniciativa totalmente pública. Otro punto de discordia, que ha servido para crear fricciones entre Cassá y De la Torre se cristalizó sólo un día antes de que se celebrara el primer pleno ordinario. El PP se vio obligado a retirar el plan urbanístico de La Térmica ante el rechazo de PSOE, IU, Málaga Ahora y la abstención de Ciudadanos. Sin el apoyo expreso de la formación de Juan Cassá, el PP retiró el plan urbanístico de la orden del día para evitar el bloque definitivo del proyecto. Si De la Torre no ha encontrado el calor de Ciudadanos, sí lo hizo la moción de Juan Cassá para revisar las tarifas de agua de Emassa en la oposición. De esta manera, Cassá obligó al alcalde a retratarse e instó al equipo de gobierno a «corregir los errores del pasado».