El Metro parece haberse acomodado bien en la ciudad. Por ahora sólo los taxistas tienen un mínima queja ya que les quita clientes, pero al tener un recorrido tan limitado tampoco hace una gran mella en su número de viajes. Hay una cosa que los usuarios del metro señalan con mucha frecuencia sobre su uso: las temperaturas que hay en el interior de los vagones son muy inferiores a las que hay en la calle o en los autobuses de la EMT. Y no es que los autobuses no tengan aire, pero lo cierto es que al estar más masificado ese medio de transporte y tener el sol encima su interior presenta una temperatura más agradable. Y éste es otro de los motivos que señalan los usuarios para elegir el metro: al ir bajo las calles de la ciudad no requiere grandes esperas. No hay semáforos, no se puede cruzar un coche, salvo en el Clínico, y eso hace que el recorrido lo haga en pocos minutos y el autobús tarde algo más.