La campaña de recolección de la uva en la comarca malagueña de la Axarquía se ha iniciado con la confirmación de que habrá una reducción del 50 por ciento en la producción prevista, debido a que la mayoría de las viñas están quemadas como consecuencia del excesivo calor de julio.

Las altas temperaturas han obligado a adelantar la cosecha, que durará, previsiblemente, como máximo algo más de una semana ante la falta de uva en las cepas.

El secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) en Málaga, José Gámez, aseguró en un comunicado que la mayoría de las hectáreas se encuentran cultivadas en pendientes medias superiores al 45 por ciento, con escaso suelo y, por lo tanto, poco poder de retención de agua. «Si a esto le añadimos que los viñedos están en una situación de estrés hídrico muy grave, con una pérdida importante de hoja, y que las plantas suelen acercarse, en algunos casos, a los cien años de edad, cualquier adversidad climatológica, como el excesivo calor, afecta de manera significativa al cultivo, como sucede este año», indicó. Estas temperaturas elevadas han causado la deshidratación del racimo, produciéndose una pasificación y la pudrición del mismo, de ahí que la recolección de uvas destinadas a vino o a pasas en su mayor parte se haya tenido que adelantar para garantizar, al menos, el poco fruto que se mantiene intacto.