Como cada año y después de bastantes dudas en las negociaciones, la Feria del Centro de la ciudad se mantendrá activa hasta las seis de la tarde. A partir de esta hora, la música y la fiesta en la calle finalizarán para dar paso a las horas en el Cortijo de Torres.

José Simón, portavoz de la asociación de hosteleros de Málaga, asegura que en su agrupación están notando «intereses de ciertos sectores de la sociedad malagueña en denostar la Feria del Centro». Varios colectivos están lanzando mensajes negativos sobre las actividades que se desarrollan en el Centro y los hosteleros entiende que «no son reales del todo, aunque necesite correcciones». Para ellos, hay que derribar el concepto de una fiesta insegura y descontrolada, además de recalcar que la Feria del Centro es una base importante de esos días y que cuenta un ambiente sano.

Por contraposición, Ester Ramírez, de la Asociación de Vecinos del Centro Histórico, afirma estar en contra del modelo actual de Feria y opina que está «en clara decadencia». Los residentes piden a los políticos que tomen cartas en el asunto y redirijan la fiesta, porque hay un tipo de celebración hasta la plaza de la Constitución y otro hacia arriba, donde las calles se vuelven «intransitables». Además, Ramírez asegura que a partir de las cuatro de la tarde la feria es una «catástrofe pura».

Los integrantes del sector de la hostelería se escudan en que los buenos números cosechados en los últimos meses en el sector turístico aumentan el optimismo del sector para la semana de Feria. Simón apunta a que esta Feria será mejor a nivel de venta y asistencia. Esta fiesta se ha vendido en numerosas ocasiones como «la gran feria del sur de Europa», y por ello se destaca que el 60% de los turistas que visitan la provincia en verano cuadran fechas para asistir a la Feria.

En cuanto al consumo general, también se espera un aumento considerable. «Es difícil tener una cifra exacta porque depende del tipo de establecimiento, los perfiles... Pero igualmente entendemos que algunos pueden llegar a doblar las ventas y otros crecen un 10 ó 20 un por ciento», señala Simón. Lo que sí es bien sabido por la mayoría es que la Feria es un momento del año en que la hostelería experimenta un empujón para cuadrar sus cifras anuales. De la misma manera, para los días de festividad se prevé una subida en las contrataciones de bares, restaurantes y demás establecimientos de ocio. La Feria es uno de los momentos del año caracterizados por un crecimiento de la plantilla de estos negocios. Algunos duplican sus empleados, otros los aumentan en un 25%, todo en función del tipo de establecimiento.

Mientras tanto, los vecinos defienden y apoyan el Cortijo de Torres, punto oficial de la Feria. Aluden que es un lugar consolidado, dotado de todas las prestaciones necesarias y donde, sobre todo, no se molesta a nadie. Sin embargo, creen que los hosteleros están empeñados en que «se debe soportar la Feria porque les gusta a los malagueños, pero los malagueños no pueden hundir a los vecinos».

Los hosteleros, por contra, resaltan el interés de toda la población porque toda la ciudad esté en fiesta y consideran que, tras su paso por el Centro, con sus respectivas consumiciones en los bares y restaurantes de la zona, se pueden pasar a seguir disfrutando en las casetas del Real.

Quejas de los vecinos. La Asociación de Vecinos del Centro Histórico de Málaga cree que, de unos años a esta parte, las calles más céntricas de la ciudad han experimentado una «continua ebullición» en la que se ha pasado de celebrar solo Semana Santa y Feria a tener eventos durante prácticamente todo los días del año.

Para Ester Ramírez, la Feria del Centro se está quedando «para un público incívico» y un tipo de gente que se caracteriza por la destrucción de puertas, papeleras y demás mobiliario urbano, las calles se llenan de excrementos y perjudican la imagen de la ciudad. Además, denuncia lo que cuesta después mantener la seguridad y la limpieza de las calles.