El calor es lo único que sabemos que nos deparará el verano. Consecuencia inevitable de la época estival y que recibimos con alegría -al menos al principio de la estación- este fenómeno físico puede ocasionar numerosos efectos nocivos sobre la salud de quien está expuesto a él.

Este verano es el más caluroso desde hace décadas, según han reconocido los expertos, que han afirmado que las sucesivas olas de calor que se han dado en las últimas semanas han provocado numerosas visitas a urgencias ocasionadas por descompensaciones de patologías crónicas y por golpes de calor relacionados con deporte o actividad física en horas de máxima exposición. De hecho, en lo que llevamos de verano, al menos dos personas han fallecido con síntomas relacionados con un golpe de calor en la provincia. Pero, lejos de casos extremos, el calor puede ocasionar muchos otros problemas que afectan a nuestra salud. El jefe de servicio de Medicina Familiar y Urgencias de Quirón Málaga, Félix Martínez, admite que de manera habitual puede ocasionar irritabilidad, cambios de humor, problemas para conciliar el sueño afectando a su calidad, menor rendimiento y apatía.

Ante la incómoda sintomatología y, sobre todo, ante la imposibilidad de evitarla al menos en parte del tiempo, el médico recomienda una continua hidratación. «Con el calor, solo por estar sentados se pierde al día 1 litro de agua por el sudor y lo que se exhala al respirar», explica, por lo que insiste en que la hidratación debe crecer exponencialmente. Así, recuerda que si el resto del año se recomienda beber entre un litro y medio y tres de agua, en verano ha de consumirse al menos mil mililitros más para paliar el desgaste del calor.

Aunque el sentido común prime sobre el resto, no está de menos recordar que en días en los que el mercurio sube en exceso lo mejor es resguardarse en ambientes frescos y evitar los golpes de calor exponiéndose a las horas de más sol y evitando, por tanto, hacer actividades al aire libre en las horas del medio día.

El doctor Martínez recuerda la importancia de prestar especial atención a los colectivos más vulnerables: niños y ancianos. Señala que ambos grupos de la población tienen menor sensación de sed que los adultos, por lo que se recomienda pautar la ingesta de líquido para una correcta hidratación. Sobre las personas que padecen una patología crónica, recuerda que quienes más cuidado deben tener cuando se exponen al calor son las personas que padecen insuficiencia cardiaca, hipertensión y diabetes.

«Pueden tener problemas serios de salud si se descompensan, por eso deben tener especial cuidado», alerta el jefe de Urgencias de Quirón, que cree que si en el futuro se siguen dando estas olas de calor, probable consecuencia del cambio climático, se acabará usando protectores solares como sombrillas o paraguas además de cremas fotoprotectoras como ocurre en otras partes del mundo para protegerse del sol.

Cuando el coche se convierte en un horno mortal

¿Sabía que si deja su coche al sol puede alcanzar los 55 grados en una hora cuando la temperatura exterior está en 35? El calor convierte a los vehículos en hornos. Meterse en un coche resulta peligroso a partir de 40 grados, ya que se producen mareos y en ciertas ocasiones se puede requerir asistencia hospitalaria. El salpicadero puede alcanzar los 72,8 grados, una temperatura que daña la piel en cuestión de segundos, según un estudio de la RACC.