­El empleo entre los jóvenes malagueños subió levemente en el conjunto del pasado ejercicio tras siete años de descensos consecutivos que le llevaron a tocar fondo a cierre de 2013, con una pérdida acumulada del 52% de los afiliados menores de 30 años respecto a la época anterior de la crisis. Si en el año 2006, el mercado laboral de Málaga fue capaz de dar empleo a una media de más de 155.000 jóvenes al mes, la cifra fue reduciéndose progresivamente durante la recesión hasta caer a un mínimo de 75.000 personas en 2013, una tendencia que al fin se rompió en 2014, aunque fuera de forma leve. Según recoge el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) en un estudio recién publicado sobre el mercado de trabajo de los jóvenes en Málaga, la afiliación a la Seguridad Social de menores de 30 años aumentó un 6,1% hasta situarse en los 79.717 trabajadores a cierre del pasado año.

Este elemento, unido a la subida del 8,3% en las contrataciones (después de haber caído también un 46% durante la crisis), llevan a este organismo a plantear que «se está produciendo un cambio de tendencia que nos lleva a pensar en unas previsiones más halagüeñas y prometedoras de cara al empleo en los próximos años». En cualquier caso, las dificultades de acceso de estas personas a un trabajo sigue siendo evidentes. Durante la época del boom económico, los jóvenes llegaron a representar un 25% de los ocupados en la provincia, mientras que ahora sólo suponen el 15% del total de trabajadores.

Otro factor negativo que socava la calidad del empleo es, por supuesto, la elevadísima temporalidad laboral a la que se ven abocados los jóvenes, mayor todavía que la registrada por el conjunto de trabajadores de todas las edades. El SEPE constata que prácticamente el 95% de los casi 200.000 contratos firmados el pasado año por malagueños menores de 30 años fueron temporales. El creciente recurso a la jornada parcial por parte de las empresas es otro hándicap. Casi el 45% de las altas a jóvenes el pasado año fueron con contratos por horas en detrimento de la jornada completa.

Por sectores, el segmento más damnificado por los años de crisis continúa siendo el de la construcción, otrora una enorme fuente de empleo y que sigue perdiendo peso año a año: de realizar casi 75.000 contrataciones a jóvenes en Málaga hasta antes de la crisis ha pasado a hacer tan sólo 9.200 el pasado año, con un peso en la afiliación juvenil de apenas el 4% del total. La industria suma otro 4% la agricultura entre un 6% y un 11%.

El baluarte laboral de la provincia, por contra, sigue siendo el sector servicios, que concentra el 84% de la afiliación de los jóvenes malagueños y el 80% de los contratos que firman. De hecho, la hostelería y el comercio son las actividades líderes en contratación de jóvenes, concentrando alrededor de un tercio de los contratos realizados a lo largo de 2014 en Málaga. Los meses de verano y la campaña de Navidad son las épocas de mayor contratación. Los puestos más demandados son los de camareros (36.762 contratos), dependientes en tiendas (18.519), personal de limpieza en hoteles y oficinas (7.279) o monitores de actividades recreativas (6.306). Otro apartado importante para el empleo juvenil son las campañas agrícolas: el pasado año se firmaron 15.461 contratos de peones del campo.

Respecto a los menores de 30 años desempleados (más de 37.000 en Málaga a cierre de 2014), el SEPE recuerda que su cifra y su proporción entre el total de parados baja ligerísimamente (son el 19,32% del total) pero reconoce que esto se debe en parte «a la inercia de los últimos años de muchos jóvenes por continuar formándose con el fin de incrementar sus posibilidades de empleo antes de hacer su primera entrada en el mundo laboral».