Las personas que trabajan actualmente para comunidades de vecinos de Málaga en puestos de mantenimiento, portería, conserjería, limpieza o jardinería entre otros -actualmente casi 3.000 en la provincia- dispondrán a partir de este otoño de su propio convenio colectivo. El Colegio de Administradores de Fincas y los sindicatos CCOO y UGT han mantenido durante los últimos meses varios contactos para sentar las bases del futuro convenio provincial y constituirán formalmente en septiembre una mesa negociadora con la intención de tener listo el documento para octubre y presentarlo ante la Junta de Andalucía para su tramitación. Hasta ahora, sólo 12 provincias, entre ellas Madrid o Sevilla, disponen de un convenio para el colectivo de empleados de fincas urbanas.

El presidente del Colegio, Fernando Pastor, dice que esta iniciativa responde a la necesidad de ofrecer una regulación específica, ya que hasta ahora estos empleados se rigen con convenios sectoriales -por ejemplo, jardinería- o directamente por el Estatuto de los Trabajadores, dado que también están en desuso unas normas al respecto que datan de la época franquista.

Esta ausencia de normativa propia venía provocando ciertas disfunciones en caso de conflicto o problema laboral entre trabajadores y propietarios, partiendo de la base de que una comunidad de vecinos no es una empresa (tienen carácter jurídico pero no ánimo de lucro) y sus necesidades y condiciones no son las mismas. Además, cada juez venía aplicando un marco laboral diferente para resolver los casos de demandas (incluso acudiendo al convenio de otras provincias), por lo que se pretende que el futuro texto se convierta ahora en la referencia para todos.

«El convenio va a ofrecer mucha seguridad jurídica a los vecinos al contratar y acabará con muchas dudas. Queremos que sea bueno para todas las partes», explican desde el Colegio, que ha sido reconocido por los sindicatos para negociar con ellos ocupando el hipotético lugar de la patronal. La norma, que incluirá dos pagas extras y aspectos de flexibilidad laboral y horaria según la temporada, definirá en esa negociación sus tablas salariales y su actualización anual, siendo revisable cada dos años.

Tanto Pastor como el vicepresidente del Colegio, Alejando Pestaña, afirman que el texto podría establecer siete categorías (mantenedores, porteros, conserjes, jardineros, limpiadores, socorristas de piscinas y controladores) junto a diversas subcategorías. No estarán incluidas las labores de vigilancia, que tienen una estricta reglamentación y sólo pueden ser contratadas con empresas especializadas.

Afectará a los nuevos contratos

El convenio, que no tendrá carácter retroactivo y afectará sólo a las nuevas contrataciones, se redactará además a partir de una premisa básica: se respetarán las condiciones personales de los trabajadores que ahora mismo están desempeñando funciones en las comunidades vecinales con condiciones mejores a las que estipule el texto (ya sea salarios, horarios o cualquier otro elemento). O sea, que estas personas mantendrán sus condiciones también en el caso de que renueven contrato con el nuevo convenio ya en vigor. ¿Y qué pasa con los que tengan condiciones inferiores? De entrada, si tienen contrato temporal tendrán que esperar a renovarlo para actualizarse. En el caso de ser indefinidos podrían solicitar, si les interesa, acogerse al nuevo convenio pasado cierto tiempo.

Pestaña no cree que la futura regulación vaya a provocar efectos perniciosos en el colectivo -en el sentido de que se prescinda de trabajadores antiguos para meter a nuevos- y recuerda que la relación laboral de los empleados más veteranos con los vecinos «suele ser de mucha confianza, fruto de la relación de muchos años». La única disfunción es que puede haber comunidades donde un trabajador recién contratado tenga peores condiciones que uno antiguo realizando el mismo trabajo.

La mayoría de los puestos en este ámbito son a tiempo parcial, a excepción de los porteros y conserjes, que sí suelen estar a jornada completa. Los trabajadores suelen entrar inicialmente con contratos temporales para después pasar a indefinidos. El Colegio afirma que son muchas las comunidades que prefieren contratan al trabajador directamente y no subcontratar a través de empresas.

Las comunidades que contratan suelen ser de tamaño mediano o grande (mínimo, entre 50 y 90 vecinos), destacando zonas de la capital como los paseos marítimos, las grandes áreas residenciales y la zona de edificios de la avenida de Andalucía o el Centro, donde la presencia de múltiples oficinas lleva a contratar a porteros que orienten la entrada de clientes. También destacan, por supuesto, los múltiples complejos residenciales y urbanizaciones de toda la Costa del Sol, que incorporan a muchos jardineros, mantenedores o personal de limpieza.