Son tiempos convulsos para las costumbres más arraigadas y los expertos del ámbito sociológico tienen nuevas vertientes que trabajar desde hace unos años. Y es que los mayores han cambiado mucho sus hábitos en las últimas décadas y cada vez son más los que pasados los 60 años finiquitan su matrimonio. En concreto, seis veces más con respecto a los últimos tres lustros.

Aquello de «hasta que la muerte nos separe» suena cada vez más utópico. Una tendencia que se acentúa año tras año y deja entrever que nunca es tarde para comenzar de nuevo y caminar solo o acompañado de una nueva pareja se antoja una opción apetecible para muchos.

Los datos demuestran que el miedo a romper con el acompañante de vida es cada vez inferior. El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) recoge las rupturas de este grupo desde 1998. Si entonces 86 personas de más de 60 años se divorciaban, la cifra se ha multiplicado por seis en la actualidad y 517 personas de 60 años o más rompieron sus matrimonio de manera legal; el 12 por ciento del total que recogieron los juzgados malagueños.

Los que acarician ahora su etapa dorada, los hijos de los años 50-60 aproximadamente, han roto las barreras que crean los prejuicios, tabúes y creencias religiosas y han dado un vuelco a una de las unidades más consolidadas en España: el matrimonio. Una de las instituciones más interiorizadas entre la población que cada vez se tambalea más.

Los datos recogidos por el INE demuestran un claro aumento progresivo de los divorcios entre los mayores, y en este grupo de edad, los hombres todavía aventajan a las mujeres. Ellas se muestran más recelosas a romper pero cada vez son más las que se animan a dar el paso.

El desglose estadístico muestra también cuántos mayores de más de 70 años se divorcian y, a pesar de los que muchos puedan pensar, es un grupo que cada vez suma más adeptos a la hora de divorciarse. Si a finales de los años 90 eran cifras testimoniales, el paso del tiempo les ha dado peso. En el año 2000 se divorciaron 11 mujeres y 21 hombres a partir de esas edad; en 2010 ascendía a 19 mujeres y 55 hombres. Los últimos datos que especifican ese grupo y del que se tiene constancia se remontan a 2012 con 34 mujeres y 72 hombres registrados como divorciados.

Causas

Los expertos resaltan que este cambio de conducta se debe a un cóctel elaborado a base de varios ingredientes y donde el cambio cultural y de mentalidad es más que evidente. Uno de los grandes factores que interviene en todo ello es la aprobación de la Ley del Divorcio al inicio de la década de los 80. Hasta entonces la idea de romper con la pareja de toda una vida resultaba impensable pero con los años la idea se ha planteado desde otro prisma. En 2012 se divorciaron 4.069 personas, 35 de ellas no llevaban a sus espaldas ni un año de matrimonio.

Para los mayores del momento, las decisiones propias cobran más protagonismo que en cualquier momento. Se retoman estudios, aficiones y uno se pone por delante de todo para hacer aquello que el pasado nunca supo cómo encajar. En el amor, también. Pero no todo son ventajas. Algunos expertos de la materia advierten que el matrimonio es una institución de socorro mutuo y cuando se rompe y no se sustituye por una relación que cumpla esos objetivos se aceleran ciertos riesgos asociados con la vejez.