Nueve de septiembre. Cómo pasa el tiempo. Parece que era ayer enero, cuando aún saboreábamos la Navidad y nos reponíamos de sus excesos. De repente te ves en primavera, atisbando el buen tiempo y planificando las vacaciones de verano y, ya, en pleno septiembre, pareciera que se acaba el año, aunque aún falten tres meses.

Nada más lejos de la realidad, pero es que septiembre se parece mucho a enero en eso de los propósitos, las dietas, aprender inglés o dejar de fumar. Mañana comienza oficialmente el curso escolar, aunque los más pequeños de la casa ya lleven más de una semana dándonos una lección de madrugar con buen humor. Mañana miles de escolares malagueños se enfrentarán a un nuevo año educativo con el que afrontar una etapa a estrenar plagada de oportunidades. Mientras, otros miles de estudiantes universitarios se la juegan en septiembre, temido mes que suena a última oportunidad, aunque siempre queden las extraordinarias y el pago de lo que eso conlleva.

Empieza el curso y con ello todo lo que supone el fin del periodo estival. La llegada del otoño traerá consigo la vuelta a la rutina, esa que en marzo nos aburre pero que deseamos a últimos de agosto -si se acabaron las vacaciones, claro-. Bendita rutina.

Aunque esta vida nuestra y los acontecimientos que nos invaden aquí o allá hagan que cada vez sea más difícil tener monotonía, es cierto que septiembre y sus horarios harán que volvamos a cuestionarnos mil cosas. A quejarnos de las mismas cosas. De que hace frío. De que por qué llueve -cuando el lunes abrazábamos con entusiasmo el paraguas-. De que se hace pronto de noche y, por tanto, de que por qué cambiamos la hora. De que ya ponen las luces de Navidad -¡cada año antes!-. De que otra vez hay que votar.

¿Votar? Sí, gracias. Parece que otra vez nos someteremos a la fiesta de la democracia -léase con ironía y un poco de cachondeo-. La tercera vez del año en votar, aunque para mí sea la quinta si tenemos en cuenta que también he votado en las elecciones de mi cofradía y en la Asociación de la Prensa y el Colegio de Periodistas de Málaga. En 2015 voy a ejercer mi derecho al voto en cinco ocasiones. Cinco veces en las que he tenido que elegir qué votar. Afortunadamente lo tuve claro en todas menos en una y de ninguna de las cinco me arrepiento, al menos de momento.

Parece que el 20 de diciembre es la fecha elegida por el Gobierno para que elijamos a quién nos dirija. También, para qué negarlo, para determinar quien haga de nuestro voto lo que le valga en gana ya que eso de cumplir programas y promesas electorales queda lejos de la realidad.

El 20 de diciembre volveremos a votar. Cuatro días antes sólo de Nochebuena y cinco antes de Navidad. En plena resaca de fiestas de empresa y en la vorágine de la compra de los regalos de Reyes. Y dos días sólo antes del sorteo del Gordo. Espero que este año, además de consolarnos con que tenemos salud y amor porque no nos ha tocado el premio, lo hagamos con que tenemos un buen Gobierno que nos lleve en la buena dirección y que, de una vez por todas, nos saque de esta crisis económica y de valores.