Agua, barro, broza y piedras. Una mezcla explosiva que, sumada a un sistema de alcantarillado deficiente, generó grandes balsas de agua que paralizaron la actividad empresarial en numerosos parques empresariales de la ciudad. No se pudo considerar lo ocurrido el pasado lunes como un diluvio universal. Más bien el inicio tormentoso de una semana que dejó en Málaga precipitaciones de 40 litros por metro cuadrado (según datos de Aemet), y que encajaría dentro de ese cuadro de pluviosidad que caracteriza a los climas mediterráneos por sus tormentas, tan breves como pujantes en su intensidad.

En Málaga siempre llueve de la misma forma y cada vez que lo hace sumerge a la ciudad en un colapso. La tormenta del pasado lunes provocó numerosas retenciones en las calles, anegó trasteros y garajes, provocó desprendimientos e inundó numerosos polígonos industriales de la ciudad. Los principales problemas se produjeron en los parques empresariales de El Viso, Santa Teresa, Trevenez, Guadalhorce, Santa Cruz y Huertecilla. También se notificaron, aunque en menor medida, incidencias en el parque empresarial de Villa Rosa. Para los empresarios afectados, el principal problema radica en la falta de limpieza que presentan los arroyos que transcurren por los parques empresariales y en la ausencia de otras medidas de contención que, sumadas a la poca capacidad de absorción que presentan los sistemas de saneamiento municipales, convierten a los parques empresariales en piscinas gigantes al aire libre cada vez que llueve de forma intensa en la ciudad.

El presidente de Apoma (Asociación de Polígonos y Parques Industriales y Comerciales de Málaga), Sergio Cuberos, se lamenta de los perjuicios que se crean para las empresas: «Cada vez que llueve nos vemos obligados a parar la actividad empresarial y los trabajadores pasan de su trabajo a intentar minimizar los daños dentro de lo posible. Situaciones como las del pasado lunes se repiten, incluso con menor cantidad de precipitación». Para Cuberos, el principal problema radica en la falta de desbroce tanto de los arroyos, como de los canales que articulan el encauzamiento del Guadalhorce y desembocan en el mar. «Pedimos un esfuerzo para que Limasa proceda a desbrozar los canales para evitar que se atasquen cada vez que llueva», explica Cuberos.

Al margen del mal estado de conservación y a la falta de encauzamiento de los arroyos, las imágenes evidencian la falta de limpieza del alcantarillado, que produjo grandes balsas de agua que llegaron a superar el metro de altura. En el parque empresarial de Trevenez, el tránsito de vehículos quedó interrumpido a causa de las obstrucciones del alcantarillado. Según Apoma, ante una supuesta falta de voluntad de limpiar las alcantarillas, Emasa y Limasa se estarían echando las culpas la una a la otra sin que se aclaren las responsabilidades correspondientes desde el Ayuntamiento. Los empresarios quieren que las administraciones, con el Consistorio a la cabeza, asuman la tarea de desbrozar el canal de desagüe del Guadalhorce y mejoren el estado de conservación de los arroyos que transcurren por los parques empresariales.

Además, exigen, también, que Emasa proceda a encargarse del mantenimiento continuo del alcantarillado. En todo caso, otra de las principales preocupaciones, que más indignación ha generado, es la falta de respuesta de Emasa ante las numerosas solicitudes de auxilio que efectuaron particulares en los parques del Guadalhorce y Santa Cruz. Emasa se remite a que estos polígonos no están recepcionados a la red, lo que lleva a que no se atiendan estas peticiones de auxilio. Según Apoma, el Ayuntamiento es conocedor de este problema pero «lleva años desentendiéndose de la situación».

Por su parte, el Ayuntamiento de Málaga convocó el pasado martes una reunión técnica que sentó en una misma mesa a representantes de Emasa y de las áreas de Medio Ambiente y Urbanismo con el fin de analizar todo lo relacionado con las lluvias. Las conclusiones se darán a conocer el próximo lunes.