La Policía busca a un hombre de 37 años para ser juzgado por dos delitos de lesiones a su bebé, al que dejó ciego, con graves secuelas neurológicas y en silla de ruedas.

El hombre, de nacionalidad nigeriana, se enfrenta a quince años de prisión al estar acusado de dos delitos de lesiones, uno de ellos con inutilidad de miembros principales, pérdida del sentido de la vista y grave enfermedad somática o neurológica, según el escrito acusatorio, al que ha tenido acceso Efe.

Las lesiones la sufrió el pequeño desde que tenía 15 días hasta los tres meses y medio y a consecuencia de las mismas estuvo 65 días hospitalizado.

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Málaga tenía previsto celebrar ayer un juicio contra el hombre y la madre del pequeño, acusada provisionalmente por omisión del deber de socorro, aunque al final de la vista oral, el fiscal retiró la acusación contra la mujer debido a que no había pruebas.

El padre, declarado en rebeldía al no poder ser localizado, cuando sea juzgado se enfrentará además de la pena de prisión a una responsabilidad civil para el hijo de 50 millones de euros y la privación de la patria potestad, según la petición fiscal.

La mujer durante su comparecencia declaró que sufre un trastorno bipolar y que debido a ello se toma una pastilla para dormir, por lo que era su pareja el que cuidada al pequeño por la noche.

El fiscal sostiene que a los cinco días de nacer se llevaron al niño al domicilio familiar, y que en la madrugada del 9 de julio el recién nacido, cuando tenía quince días, se puso a llorar, por lo que el acusado, con la finalidad de callarlo, lo cogió con ambas manos y lo zarandeó con brusquedad.

Al día siguiente, debido a que llevaba todo el fin de semana llorando y se encontraba decaído, sudaba y presentaba movimientos involuntarios generalizados, ingresó el menor en el hospital Comarcal de la Axarquía, donde el médico diagnosticó síndrome del niño sacudido, con edema cerebral y hemorragias en los dos ojos.

Tras ese episodio, y siempre según la versión del fiscal, la relación entre la pareja empeoró y el acusado llegó a decir que "el niño ya no servía para nada".

En octubre de 2011, cuando el pequeño tenía tres meses y medio, el procesado, con la finalidad de realizar los ejercicios que le habían prescrito para ayudarle a la recuperación de la lesión neurológica, lo forzó a sentarse de manera brusca en diversas ocasiones.

Debido a que no dejaba de llorar, el acusado lo llevó al hospital donde se apreció que el menor presentaba fractura del húmero derecho, desplazado como si le hubieran tirado del brazo.

Además tenía un hematoma en cuello y numerosos cardenales en cuello, mejillas y subclavícula, entre otras lesiones.