El metro de Málaga se está internacionalizando a pasos agigantados. Inversores de cinco países controlan ya más del 54% de las acciones de la sociedad concesionaria tras la venta de Azvi, Sando y Cajamar de un paquete de acciones que corresponde al 39,40% de la propiedad de Metro de Málaga a dos fondos de inversión franceses y australianos, InfraVía y Macquarie Group, respectivamente.

La venta, cifrada en algo más de 100 millones de euros, se acordó a última hora del martes 15 de septiembre, con la firma de un contrato de compraventa entre las tres empresas españolas y los nuevos inversores. Para cerrar la operación sólo queda completar el trámite administrativo, que obliga a ofrecer a la Agencia de la Obra Pública de la Junta de Andalucía (AOPA) las acciones para que estudie si ejerce su derecho de tanteo, algo que en principio parece improbable.

Una vez superado este trámite, el fondo de inversión australiano Macquarie Group y el francés InfraVía se harán con el 39,4% de la propiedad de Metro de Málaga y se convertirán en los accionistas de referencia de la sociedad. Por importancia de su participación, le sigue la AOPA (23,69%) y Globalvía (15,30%).

Esta última empresa también ha visto cómo ha cambiado de manos en los últimos meses con la entrada de tres fondos de pensiones extranjeros: PGGM (Holanda), OPTrust (Canadá) y USS (Reino Unido), que inyectaron 750 millones de euros. Esta inversión diluyó la propiedad de FCC y Bankia. Finalmente, tras un intento fracasado de vender la empresa al grupo Malasia Khazanah Nasional Berhad, los tres fondos de pensiones han hecho efectiva la deuda que mantenía Globalvía con ellos para hacerse cargo de la empresa. Esto supone que los fondos PGGM, OPTrust y USS se convierten también en propietarios del 15,30% de las acciones del metro de Málaga, que son las que pertenecen a Globalvía. Además, también controlan el 88,24% del metro de Sevilla, que adquirió a comienzos de 2014.

De esta forma, tres fondos de pensiones y dos fondos de inversión extranjeros controlan ya la mayoría del consejo de administración de Metro de Málaga. FCC, Comsa y Vera se mantienen cómo los únicos socios privados españoles, que suman el 21,61% de las acciones; mientras la entidad pública AOPA mantiene su paquete del 23,69% de la propiedad de la concesionaria del metro.

La venta de acciones de Cajamar, Azvi y Sando se ha logrado tras fracasar un primer intento de venderlas al fondo de inversión norteamericano Blackstone, que ofreció 125 millones de euros. Finalmente fracasó la operación a comienzos de 2015 por un desacuerdo sobre la forma de pago.

Esta venta se enmarca en el proceso de desinversión de constructoras y entidades financieras de los transportes públicos, con idea de recuperar liquidez y centrarse en su actividad principal.

La presencia de fondos de inversión y fondos de pensiones no deberían, en principio, afectar a la marcha del metro de Málaga. Habitualmente este tipo inversores busca una rentabilidad a medio y largo plazo, por lo que dan más importancia a la estabilidad de la actividad y al cumplimiento de los plazos. En este sentido, se espera que la concesionaria sea más exigente con la finalización de la ejecución de los tramos que faltan del metro.

De cara a la gestión interna, los fondos suelen actuar de forma muy conservadora siempre que se cumpla la previsión de ingresos. Hay que recordar que la administración desembolsará más de 1.900 millones de € a Metro de Málaga hasta 2042 como gastos de explotación y beneficio industrial.