La configuración de Eugenio Gross y Blas de Lezo cambiará de forma radical con la construcción del metro en superficie hasta el Hospital Civil. Aceras más anchas y la práctica desaparición de los más de 13.000 vehículos que circulan diariamente por esta vía serán las consecuencias más visibles de la prevista instalación de la plataforma del tranvía.

Las cuatro alternativas de reurbanización de las calles planteadas por la Consejería de Fomento de cara a la construcción del tramo en superficie inciden en la misma idea, que el peatón gane espacio y el coche quede reducido a lo mínimo, lo justo para el acceso de los vecinos y poco más. El metro se queda como protagonista principal de la movilidad en estas calles, que pasarían de tener entre cinco y seis carriles a un máximo de dos. Y no en todo su trazado.

El tramo en superficie al Civil es un ramal que parte desde el cruce de Albert Camús hacia Armengual de la Mota e Hilera, que recorren bajo tierra. A la altura de la calle Santa Elena sale a la superficie el metro, que recorre como un tranvía los 1.200 metros que hay entre la esquina de Hilera con Santa Elena hasta el cruce de Blas de Lezo con la calle Nicolás Salmerón, justo a la espalda del Hospital Civil.

El diseño de estos 1.200 metros parte de la idea de reservar ocho metros del ancho de la calle para la plataforma del metro, que en el caso de alguna de las cuatro paradas previstas ocuparía 11,50 metros. Esto supone eliminar la mayor parte de los carriles de circulación de coches y los aparcamientos en superficie en todo ese tramo.

El estudio realizado por la consultora Proser señala que la trama de calles adyacentes al trazado del metro tiene capacidad para absorber la gran mayoría de los 13.000 vehículos que diariamente pasan por Blas de Lezo. Además, se espera que la puesta en marcha del metro hasta el Hospital Civil suponga una reducción efectiva del tráfico, ya que se calcula que creará usuarios nuevos del transporte público que reduzcan en un 7,5% el tráfico que se genera en su ámbito de influencia.

Cuatro alternativas

El Ayuntamiento de Málaga tiene en sus manos decidir la nueva configuración de Eugenio Gross y Blas de Lezo a partir de las cuatro posibilidades presentadas por la consultora Proser. Las opciones planteadas permiten un escaso margen para el tránsito de vehículos, ya que la llegada del metro se aprovechará para ganar espacio para el peatón, que tendrá aceras de hasta cuatro metros de ancho en algunos puntos.

La alternativa más restrictiva con el tráfico es la primera, que contempla un único carril de circulación en Blas de Lezo y Eugenio Gross. Sería en dirección norte y es una opción que se mantendría fija también en el resto de las alternativas. El resto del espacio, menos la reserva para la plataforma del metro y las estaciones, se destinaría a ampliar las aceras, que oscilarían entre los 4,15 y los 4,05 metros de ancho, según el tramo. Esta opción apuesta por el peatón y el metro sobre el resto.

La segunda opción que se pone en la mesa incluye un segundo carril de circulación, sentido sur. No obstante, este carril es limitado y tendría únicamente 330 metros de longitud, dando servicio al tramo entre los cruces con las calles Martínez de la Rosa y Nicolás Salmerón.

La tercera opción apuesta por incluir un carril bici que iría paralelo a la plataforma del tranvía y en el lateral contrario al carril de coches en dirección al norte. Esta vía reservada para ciclistas sería de doble dirección y se iniciaría en Martínez Maldonado y hasta el final de la línea. La elección de este tramo no es casual, ya que es el que ofrece una mayor anchura, ya que a partir de ahí se oscila entre los cinco y seis carriles, además de los aparcamientos.

La última propuesta es la que ofrece una mayor presencia de vehículos, aunque siga siendo limitada. Plantea mantener un carril por sentido, aunque el que va en dirección sur sería desde Nicolás Salmerón hasta la esquina con Martínez Maldonado.

El diseño de estas alternativas incluye la calle Santa Elena, aunque la estrechez de esta vía limite notablemente las posibilidades de diseño de sus distintas partes. Actualmente, la parte baja de esta calle consta de tres carriles de circulación y aceras a ambos lados con una anchura inferior a los tres metros. En la parte alta, más cerca del enlace con Martínez Maldonado, la anchura se amplía a los seis carriles y aceras de dos metros.

Con este diseño, Proser plantea dos únicos diseños para esta vía, dependiendo del tramo al que nos refiramos. Para el tramo más bajo, mantienen un carril en sentido Norte y con aceras más anchas. Para el tramo más ancho y cerca de Martínez Maldonado, dos carriles (sentido Norte y sur), uno a cada lado de la plataforma del metro, y una mejora de las aceras.

Para esta calle no se incluye la posibilidad de abrir un carril b ici, ya que la anchura de la calle no es suficiente para contemplar esta infraestructura.

PlazosPrevisión de iniciar las obras a fin de año

La intención de la Consejería de Fomento es sacar a concurso y adjudicar la obra de este tramo antes de final de año, con idea de tener margen suficiente para la construcción de esta infraestructura antes de abril de 2018, fecha puesta como límite máximo para disponer de las obras. El plazo estimado de ejecución de las obras es de 24 meses, con la facilidad que más del 60% de sus 1.800 metros de trazado van en superficie, lo que simplifica su ejecución. El presupuesto previsto inicialmente es de 41 millones de euros y su puesta en marcha permitirá ganar unos tres millones de viajeros al año.