­La investigación sobre la oleada de robos que se vienen produciendo en urbanizaciones de Teatinos desde hace meses ha pasado a ser prioritaria para el alto mando de la Comisaría Provincial de Málaga. La razón es la agresión sexual que hace tres semanas sufrió una mujer que se cruzó con el ladrón de madrugada en el aparcamiento de su bloque de la calle Carlos Cano. El individuo, que acababa de reventar cuatro vehículos, la intimidó y la forzó. «Ella entró por el garaje andando para atajar y se topó con él», dice una comerciante de la zona antes de añadir que las vecinas están dejando el coche en la calle por miedo a entrar en los párquines. Un residente va más a allá y asegura que la comunidad ha contratado los servicios de un vigilante de seguridad. Tras la violación, continúa el vecino, el agresor robó a su víctima las tarjetas de crédito, abandonó el recinto tranquilamente con los objetos sustraídos de los vehículos y se dirigió al Centro de Málaga para extraer dinero varias veces. Según ha podido saber La Opinión, los investigadores de la Policía Nacional creen que el violador es el mismo que lleva meses asaltando urbanizaciones de la zona para hacerse con los objetos que encuentra en los trasteros y en los vehículos, tal y como denunció este periódico en junio, mes en el que ya se le atribuían más de un centenar de robos con fuerza.

El principal indicio que manejan los agentes son las características físicas del sospechoso. A pesar de trabajar siempre con el rostro cubierto, varias cámaras de seguridad han grabado sus hechuras, tanto durante la noche de la agresión sexual como en otros asaltos. También coincide el modus operandi, un patrón que repite una y otra vez a manos de un varón que actúa en solitario y que podría desplazarse en moto o en bicicleta. Varios afectados explican que, tras acceder a las comunidades entre las dos y las cuatro de la madrugada forzando la puerta del portal, el hombre baja a la zona de aparcamientos y trasteros para actuar a sus anchas pero con delicadeza, ya que lo hace de forma muy rápida y poco aparatosa. Tras reventar bombines y ventanillas, se decanta por los objetos pequeños fácilmente transportables y del mayor valor posible, como ropa y productos electrónicos.