­Los nuevos tiempos y las nuevas mayorías en el Ayuntamiento de Málaga surgidas de las elecciones de mayo han propiciado lo que hubiera sido imposible hace apenas cinco meses, como es la reprobación de un concejal del equipo de gobierno del PP. Los cuatro grupos de la oposición se aliaron para sumar sus 18 votos y dejar en minoría los 13 del equipo de gobierno, lo que supuso que el pleno aprobase una moción presentada por el PSOE para reprobar al concejal de Medio Ambiente, Raúl Jiménez, por haber aceptado que el viaje que realizó a varias ciudades españolas para conocer sus servicios de limpieza fuera pagado por varias empresas privadas. Mas aún, el pleno acordó que se proceda a «devolver las cuantía indebidamente aceptadas a las empresas respectivas».

Como corolario final, el pleno acordó que el Ayuntamiento «prohíba a los miembros de la corporación y a sus altos cargos aceptar invitaciones o regalos de empresas privadas, más allá de las que tengan un carácter simbólico o respondan a normas de cortesía».

La resolución aprobada es consecuencia del revuelo político formado tras informar el propio Raúl Jiménez del viaje que realizó a varias capitales españolas: Granada, Alicante, Valencia, Barcelona y Zaragoza, entre otras, para estudiar sus sistemas de limpieza. El viaje fue pagado por Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) (socio mayoritario en Limasa), Sacyr y Ferrovial.

El equipo de gobierno, por boca de su concejal Julio Andrade, trató de conseguir el apoyo de alguno de los grupos para derrotar la moción, pero no lo consiguió. Andrade argumentó que la mayoría de las medidas expuestas ya están recogidas en el código de buen gobierno impulsado por la Federación Española de Municipios y Provincias y que acaba de firmar el Ayuntamiento.

La reprobación del concejal y la devolución del dinero se unían a otra propuesta aprobada anteriormente en la misma sesión, que señalaba que el Ayuntamiento no permitirá que empresas privadas con contratos e intereses en el ámbito municipal financien viajes de trabajo de concejales y cargos de confianza. Esta segunda propuesta aprobada, que fue presentada por IU Málaga para la Gente, exige también que se prohíban los regalos de empresas a concejales y que, en consecuencia, los viajes de trabajo de los ediles y directivos deban ser costeados por el presupuesto municipal.

En defensa de su propuesta, la portavoz socialista, María Gámez, señaló que «se ha actuado de manera absolutamente impropia y en contra de cualquier código ético y de toda lógica»; «si se considera que un viaje es necesario, debe cubrirlo el Ayuntamiento y no confundir el interés público y privado, ni contaminar las decisiones del equipo de gobierno». «Recibir noches de hotel y viajes son regalos y me da igual que me diga que se dio una panzada de trabajar; es su función», dijo.

Julio Andrade tachó la moción de «oportunista y criticó que «intenta crear un debate ficticio sobre un mal gobierno en el Ayuntamiento», cuando, por contra, «nosotros somos transparentes y podemos presumir de buen gobierno».

El portavoz adjunto de Ciudadanos, Alejandro Carballo, opinó que «hay que evitar suspicacias», rechazando que «un viaje sea pagado por empresas privadas que puedan tener un interés directo; se debe cuidar la actuación del equipo de gobierno».

La portavoz de Málaga Ahora, Ysabel Torralbo, dijo que «cualquier medida en apoyo de una regeneración de la vida pública contará siempre con nuestro apoyo».

En el mismo sentido se pronunció Eduardo Zorrilla, de IU, que recordó que ya se había aprobado otra moción que recogía aspectos esenciales de la presentada por el PSOE y subrayó la importancia de «eliminar de la vida pública cualquier sombra de contaminación ética».