La investigación en torno a las tres agresiones sexuales y la oleada de robos en garajes y trasteros que afectan a Teatinos y Cruz de Humilladero sigue su curso con el objetivo de apuntalar los indicios que, según la policía, señalan claramente a Juan Carlos E. N. como el presunto autor. Además de las imágenes en las que el sospechoso aparece con su bicicleta en la gasolinera de Las Chapas justo después de sacar dinero con la tarjeta de su última víctima para comprar unos refrescos que coinciden plenamente con los hallados en su casa durante el registro, los investigadores quieren analizar el teléfono móvil del detenido. El objetivo es encontrar coincidencias de ubicación los días en los que se cometieron los delitos, así como archivos que el dispositivo almacene o haya almacenado durante los últimos meses y que lo vinculen con los mismos.

El joven, que fue detenido el jueves mientras recargaba el móvil en una administración de loterías, continuaba ayer en los calabozos de la Comisaría Provincial de Málaga y por la tarde negó la mayor cuando los agentes le preguntaron por la última agresión cometida la madrugada del martes, apenas unas horas después de que La Opinión de Málaga destapara el caso. Según fuentes cercanas a la investigación, ayer estaba previsto que continuaran los interrogatorios, aunque no precisaron si el arrestado pasaría hoy o mañana a disposición judicial para dar cuentas ante un juez.

Tres ataques

Lo que sí recordaron las fuentes es que las diligencias policiales atribuirán al detenido las tres agresiones adelantadas por este periódico. La primera de ellas, cometida la madrugada del 21 de diciembre de 2014, es la que más duda generaba a pesar de que ofrecer el mismo patrón: un ladrón que termina agrediendo a una mujer con la que se cruza en el aparcamiento. Al menos hasta antes del registro, ya que fuentes de la Comisaría Provincial daban por hecho el lunes a este diario que entre ese suceso y el del 1 de septiembre no había relación. Sin embargo, esta teoría cambió con el hallazgo en la vivienda del sospechoso de prendas y objetos que podrían coincidir con los usados en el primer asalto.

Más tiempo necesitarán los agentes para demostrar los más de cien robos con fuerza en trasteros y garajes privados que inicialmente atribuyen al saqueador, ya que no todas las comunidades afectadas contaban con cámaras de seguridad. En estos casos, el trabajo de campo de la Policía Científica será clave para aportar nuevos indicios contra el sospechoso.