Cuando se le pregunta por la ingente actividad de la Fundación García Agüera de Coín, su presidente, José Manuel García Agüera, suele echar mano de la Teoría de la Tarta: «Entendemos que las cosas que hemos ido recopilando son tartas, pequeños dulces y no hay nada más triste que comerse una tarta solo, por eso la tarta está para compartirla con tus paisanos».

La tarta, por cierto, no deja de crecer, realizada a base de trabajo en grupo, ilusión y sin ningún tipo de subvención pública, aunque eso no quita que hayan colaborado en ocasiones con varias administraciones. «Con nuestros medios, talentos, capacidades y el bolsillo nuestro intentamos sacar adelante los proyectos que sean», resume.

Proyectos pero también adquisiciones, como esos 400 documentos de la Historia de Coín fechados entre 1545 y 1650, «casi todos anteriores a lo que existe en el Archivo Municipal», comprados a una librería de Bilbao y que supusieron un tesoro para el pueblo, pero también que la familia García Agüera se quedara ese verano sin vacaciones. «Yo creo que no tiene ningún mérito porque en el fondo hacemos lo que nos da la gana, lo que nos gusta», explica José Manuel.

Nacida hace diez años, la Fundación García Agüera es hoy el principal motor cultural de Coín. La avalan un archivo fotográfico con cerca de 5.000 fotografías; una biblioteca y hemeroteca; la organización de charlas y jornadas; el apoyo a jóvenes creadores y una treintena de publicaciones que en muchos casos han puesto la base de buena parte de la Historia de Coín, hasta entonces poco difundida.

Pero la fundación, que tiene la sede en la casa de los García Agüera en la plaza de la Alameda y junto al nuevo Ayuntamiento, en realidad comenzó a bullir muchos lustros antes gracias a las inquietudes culturales de José Manuel, ya en sus tiempos de estudiante de Derecho en Granada. Hijo del procurador coineño Manuel García López de Uralde, que además tenía un taller de grabado, el hijo se formó como grabador en la Fundación Rodríguez-Acosta de Granada. «En esos años en la Universidad de Granada todos éramos rojos, la cultura era casi una especie de función social y cuando acabé la carrera, en 1983 montamos la galería de arte Alameda, en Coín».

Así nació, como ironizaba su buen amigo residente en Coín el desaparecido escritor, poeta y abogado Rafael Pérez Estrada, un ejemplar más de Doctor Jeckyll y Mr. Hyde: «Rafael decía que éramos como Jeckyll y Hyde, por un lado el abogado responsable y trabajador y por otro el artista crápula que gasta lo que gana el abogado. Mi vida ha ido entre el abogado y el artista. El abogado es que ha financiado todo», bromea.

La galería trae a Coín el arte moderno y artistas como los del colectivo Palmo. De paso, proyectos coincidentes con textos y obras de dos artistas. Es el caso de Acrobacias, una carpeta con serigrafías del propio José Manuel y escritos inéditos de Rafael Pérez Estrada.

Pero la Galería Alameda cierra en los noventa y a mediados de la década toma el relevo G.A. Ediciones Coincidentes. «Nos dimos cuenta de que en Coín si te querías interesar por su historia prácticamente no existía nada», cuenta José Manuel. El libro más relevante de la editorial es el que publica en 2000 el propio abogado tras diez años de trabajo: Crónicas de Coín. Memoria fotográfica (1900-1962) con unas 900 instantáneas antiguas y un repaso nunca antes visto a la historia y los personajes coineños.

«Llevábamos casi una década pero como realizábamos un trabajo sin ánimo de lucro y éramos una sociedad limitada, pensamos en otra fórmula jurídica que nos permitiera seguir haciendo lo que hacíamos y así nació la fundación», cuenta José Manuel García Agüera. A su lado está su hijo Manuel, músico y otro de los colaboradores de la fundación que destaca que «después de diez años uno no se da cuenta porque va trabajando tranquilamente pero ve un bagaje de libros, proyectos y exposiciones».

En la página web de la fundación (www.fundaciongarciaaguera.org) puede consultarse y descargarse buena parte de los archivos y libros editados. En total más de una treintena y de ellos cerca de veinte también han sido editados en papel.

Gracias a la fundación se ha recuperado, por ejemplo, la historia del tren de Coín, el catastro de Ensenada de 1752 o rescatado las casi desconocidas cuevas rupestres y la iglesia mozárabe que existen en el casco antiguo del barrio, una monografía de otro de los pilares de la fundación, el joven investigador coineño Francisco Marmolejo, que además es el director del archivo de la institución.

Antonio Reyna Manescau

José Manuel García Agüera se muestra especialmente feliz por el trabajo de divulgación que la fundación está haciendo con la figura del pintor más importante de Coín en el XIX, Antonio Reyna Manescau (1859-1937), al que le han dedicado varias publicaciones, una de ellas una exquisita edición realizada en colaboración con la Librería Luces que recoge el diario de la hija del pintor en el viaje que hizo con su padre desde Roma para visitar Coín, visita en la que tomó apuntes para uno de sus cuadros más famosos, Un rancho en Andalucía, conocido en su pueblo natal como El rancho coineño.

«Desde hace años venimos intentando que en Coín haya algo de Antonio Reyna Manescau porque no había nada», cuenta José Manuel. Por este motivo, la fundación prepara en una sala del antiguo convento de Santa María de la Encarnación, sede de la concejalía de Cultura, un próximo centro cultural Reyna Manescau con los cuadros adquiridos o donados a la fundación, documentos y fotografías.

Uno de los cuadros, reflejo de la etapa de becario en Italia de Reyna Manescau, es una copia de Tiepolo de una obra religiosa que el pintor regaló a su madre y que tras terminar en Alemania, la familia del pintor donó a la Fundación García Agüera.

El último libro, publicado esta primavera en papel, ha sido La primera Historia de Coín, un manuscrito del canónigo Antonio Agustín Ximénez de Guzmán, de 1796.

Fotos estereoscópicas de Miguel Salgado, el primer fotógrafo de Coín; libros de pintura del prometedor artista Francisco José Villalobos, dvd del trío de jazz Proyecto Parada; colecciones completas de los periódicos publicados en el pueblo; jornadas dedicadas a Rafael Pérez Estrada...

José Manuel García Agüera, que pasó buena parte de su infancia y adolescencia viendo películas en el desaparecido cine paterno, el cine Alameda, lleva diez años ofreciendo a Coín y la provincia una fundación de cine.