­El Club de Opinión Farmacéutico Malagueño y la Asociación de Farmacéuticos de Andalucía (Afaran) organizaron ayer el debate «Subasta de Medicamentos en Andalucía: ¿Quo Vadis? En busca de una solución», una jornada en la que partidos políticos, pacientes y farmacéuticos valoraron el sistema actual y en el que quisieron ofrecer alternativas a la subasta, que consideran perjudicial.

Tres años y medio después de la puesta en marcha de las subastas de medicamentos, los boticarios afirman que esta norma -que sólo funciona en Andalucía- perjudica la salud de los pacientes, con problemas de adherencia a los tratamientos y de efectos secundarios al no poder elegir entre más de un fármaco.

La presidenta de Afaran, Teresa Martín, reconoce que el desabastecimiento de medicamentos es diario, ya que siempre hay alguno en falta. «Es injusto y discriminatorio que el paciente que tiene una patología sólo tenga derecho a una molécula», lamentó la farmacéutica, que admite que los usuarios de las boticas andaluzas no son menos que las de otras comunidades autónomas.

«Deberíamos tener acceso al vademecum nacional porque, si no, al final vamos a quedar para cortar tickets», señaló la presidenta de Afaran, que destaca que los medicamentos no son simples mercancías, sino que son tratamientos que curan o palían0 enfermedades o síntomas. «Se está perdiendo de vista al paciente, todos tenemos que estar a su servicio, esto no es una política de despacho» reconoció.

La subasta de medicamentos ha enfrentado a la Administración y a los farmacéuticos. Teresa Martín considera que con este sistema se perjudica al paciente porque, afirma, el cambio de fármacos por genéricos hace que muchos desconfíen del nuevo o dejen de tomar el nuevo por creer que no es lo mismo o que no les servirá. Asimismo, apunta a que es raro el día en que un paciente no le confiese efectos secundarios o que le señale que el medicamento de la subasta no sólo no le mejora la patología, sino que se la agrava.

Desde Afaran, admiten que el dinero que la Administración autonómica ahorra por la subasta no revierte después en la sanidad, sino que se diluye y se pierde. «Entendemos que el sistema tiene que ser sostenible, pero instamos a los partidos a que dialoguen para forzar a la Junta y dejar de perjudicar a los pacientes», dijo.