El secretario general del Sindicato de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO de Málaga, Rafael González, asegura que las agresiones al personal sanitario son consecuencia directa de los déficit que esta presenta por falta de medios y una respuesta a la sobrecarga asistencial que estos padecen, con cada vez mayores cupos de pacientes y menos tiempo para atenderles.

En siete años en Málaga hubo 1.645 agresiones verbales y físicas, que comparado con los 15.261 de plantilla evidencia que la ratio por profesional es del 10,77% de agresiones por trabajadores. Cifra muy por encima del resto, incluso de Sevilla, que cuenta con 6.000 profesionales más que Málaga. Según el estudio presentado ayer por CCOO, los colectivos más afectados por las agresiones son: los enfermeros con un 33,82%, los médicos de familia de atención primaria en un 26,21% y los auxiliares de enfermería un 18,16%. Estos tres colectivos son los de especial riesgo porque acaparan casi un 80% de las agresiones en Andalucía (78,19%).

En cuanto a la distribución de las medidas de seguridad aportadas por el SAS, Rafael González destaca que en Málaga hay 178 cámaras de seguridad, quince GPS de ambulancia, 55 interfonos, 293 salidas alternativas, 851 software antipánico, 549 teléfonos, 19 timbres de ambulancia y 891 timbres en consulta. Este último dispositivo duplica los existentes en toda Andalucía excepto en Almería, donde se supera por más de 300. «Las provincias donde menos agresiones se producen (Cádiz y Granada) son las dos que mas interfonos poseen. Y que donde más agresiones existen, que es en Málaga, es donde más timbres en consulta existen, lo que puede darnos una idea de que no es una medida muy acertada. Málaga es la provincia donde más agresiones se producen en relación al número de trabajadores y donde existe una menor dotación de medios de seguridad excepto en los timbres en consulta», indica, al tiempo que critica que la dotación de recursos preventivos sea deficitaria con respecto a otras provincias.